La entrega de comidas a domicilio de voluntarios finalizará este mes

La entrega de comidas a domicilio de voluntarios finalizará este mes
Un voluntario de Protección Civil, durante una entrega

A medida que las cosas vuelvan a la normalidad, ya sea la nueva o a la vieja, cada vez es menos necesario el servicio de los voluntarios municipales, esas personas que se animaron a situarse en primera línea para llevar comida a los domicilios de los que tenían dificultades, ya sea por falta de ingresos o porque formaba parte de grupos de riesgo, como la Tercera Edad. En su momento, los voluntarios llegaron a repartir más de 350 menús diarios, pero la media ha descendido a menos de 30, y se espera que prácticamente haya finalizado a mediados de este mes.

Actualmente, son los miembros de Protección Civil los que se encargan del grueso de los casos. A diario recogen la comida preparada en Padre Rubinos, y luego lo reparten a domicilio. También llevan remesas al comedor social de Noboandanza. Pero la mayoría de los beneficiados del reparto se han sumado a la normalidad de la fase 3. “Había gente que no podía o no quería salir de casa y ahora puede hacerlo: ir de compras, cocinar... y ya no nos necesitan tanto”, comentan fuentes de Protección Civil.

Por otro lado, la normalidad llega también a los voluntarios, y cada vez son menos los disponibles para el reparto. Después de tres meses de bastante ajetreo, en los que han estado al pie del cañón, empiezan a llamarles para que regresan a sus trabajos habituales. También hay que tener en cuenta que muchos de ellos están estudiando y tienen que reincorporarse a los estudios.

Exceso de ayuda

Cuando el Gobierno local hizo el llamamiento pidiendo manos para asistir a las personas mayores que no podían salir de su casa por miedo al coronavirus, unos 530 voluntarios se fueron apuntando, aunque solo llegaron a ser necesarios doscientos, así que siempre hubo un exceso de manos. Fueron unos días de mucha actividad en los que, con la asistencia de Protección Civil, se ponía en contacto a estos ciudadanos solidarios con los demandantes de ayuda. Los presentaban y, en la mayor parte de los casos, se establecía una comunicación directa. Eso permitía que cada persona que lo necesitara tuviera un voluntario a mano en cualquier momento. .

Ya a mediados del mes pasado, en el área municipal de Participación Ciudadana percibían la desmovilización y comenzaron a reorientarse a tareas de acompañamiento. La idea no es eliminarlo, sino transformarlo. La necesidad es menor, aseguran fuentes municipales, pero todavía existe. Además, también hay que tener en cuenta la incertidumbre y el miedo a otro brote que aconseja mantener el servicio en caso de que sea necesario en el futuro. l

La entrega de comidas a domicilio de voluntarios finalizará este mes

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