El surtidor que nació de la polémica

El surtidor que nació de la polémica
La fuente del Deseo se instaló en el año 1876

La fuente del Deseo cumplió en 2016, 140 años de historia desde su instalación en la actual plaza de Azcárraga, de antiguo, plaza de la Harina y del Mercado, y en algunas ocasiones también denominada como plaza de la Constitución a toda la amplia explanada que configuraba aquel entorno.
Desde su instalación en 1876, fueron muchos los avatares de nuestra historia del agua, cuando en esa época aún no había traída, tal y como hoy la conocemos, y la vida cotidiana transcurría con mucha problemática social, entorno a la fuente y su acarreo de agua.
El guardar el turno de llegada era imprescindible, de lo contrario las trifulcas eran normales y solo se permitía el llenado de una vasija por vez.
Tiempos cuando el farolero encendía, al caer la luz del día, los pocos farolillos de la ciudad, entre los cuales estaba la de esta hermosa fuente, a la cual seguramente, le daría sus buenas noches y al amanecer en las primeras luces del alba, sus buenos días deseándole suerte.
Aquí es, cuando comenzaba el bullicio y el desorden de la gente, camino de la procura del agua para sus domicilios, en donde se mezclaban la ciudadanía, con las fuerzas de la guarnición de plaza, los criados y criadas, los carreteros de los presidios y hospitales y, sobre todo, la gran figura que por entonces representaba a los aguadores y aguadoras, que servían de agua a la población en general.

necesidad
La polémica para instalar una fuente en aquel lugar se abre en 1822 y da lugar a creación de un expediente, sobre la necesidad de levantarla en la denominada plaza de la Harina.
Asimismo, se seguirá hablando del tema durante largos años y en 1838, se prevé llevar a la fuente que allí se habría de instalar con las aguas del manantial existente en San Amaro.
Pero todo seguiría igual hasta 1864 en que se concibe la instalación, la cual se levanta en 1870. Cuando se procede a realizar el nuevo plan general de la ciudad en 1876, se coloca la fuente cerca de la calle Damas, justo frente al solar que lleva el número 16.
Más tarde con la revisión del plan, la fuente pasa a ocupar el lugar que hoy tiene en el centro de la plaza.
Según recogía el documento urbanístico, lo importante de los manantiales antiguos de San Pedro y los modernos de La Gramela, hasta su unión con el de las Conchiñas, era elevar el agua hasta la plaza de la Harina, pero no se hará nada hasta casi finalizar el siglo XIX.
Siendo la acometida de las aguas del canal de Vioño, que transportaba las de los manantiales de la Silva, Cances, Ramalleira, Torre das Vellas, Vioño y Nelle, las que finalmente dieron servicio a dicha fuente, al entrar el ramal por la Puerta de la torre de Abajo y alcanzaba la plaza de la Constitución y el Parrote, recorriendo los dos Cantones y la Marina y subía por la calle Damas, Santiago y Mendizábal.
La fuente se compone de una escultura de mujer tallada en bronce y representa al deseo, siendo elegante y de sumo interés, su mano derecha porta un farol que representa lo que antaño era una antorcha, la cual fue fundida en los talleres Dumgem de París. Hoy en día, aún conserva los asientos que servían para colocar bajo los caños, las sellas o recipientes para la toma del agua, se cuenta que fue el benefactor coruñés don Eusebio da Guarda González, quien corrió con su costo.

delicada
Esta fuente lleva el poético nombre en alusión a la delicada imagen femenina, consta de cuatro caños y abastecía a los vecinos de la Ciudad Alta, así como a los militares de los acuartelamientos, presidio y hospitales, a cuyos efectos disponían cada uno de sus caños reservados para cada tipo de servicio, pudiendo usarse si estaba libre, pero debía quedar a disposición de aquel que tuviese el servicio de dicho caño una vez presentado a la toma del agua.
No pocos problemas asumió el Ayuntamiento con los tumultos que se armaban en todas y cada una de las fuentes de la ciudad, pese a tener dadas las ordenanzas de uso de cada una de las fuentes y de las puestas de guardia de los militares para evitar líos en el entorno, pero todo era imposible y no se acabó hasta que la nueva traída entró en servicio hace poco más de cien años.
Hasta entonces, los habitantes de los barrios coruñeses incluida la Ciudad Alta, se abastecían de las aguas de los aljibes y en su mayoría de los pozos repartidos por la ciudad, aunque dicha agua contenía una elevada cantidad de salinidad, principalmente la Pescadería, siendo mejor el agua cuanto más elevado estuviese el terreno sobre el nivel del mar.
La fuente del Deseo fue la segunda con que contó la Ciudad Alta herculina. La primera es la de la plaza de la Constitución que da frente a la fachada de la Real Audiencia y Capitanía General que data de la época de la Reina Isabel II.

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