En Lugo hay vacas, pero no pastan en su campus

En Lugo hay vacas, pero no pastan  en su campus

Un titulado del campus de Lugo me confesó hace poco que había llegado a la ciudad de las murallas maldiciendo el mapa de titulaciones gallego.
Quería estudiar Nutrición e Dietética y no le quedaba otro remedio que hacerlo en el campus lucense —recién bautizado ahora como Campus Terra— o irse fuera de Galicia.
Se resignó y escogió lo primero, muerto de envidia de sus amigos que se quedaban en A Coruña. «Piensas que vas a estar allí con las vacas», me reconoció un poco avergonzado, pero con total honestidad. Acto seguido se disculpó: “Son prejuicios absurdos que llevamos dentro”, dijo con un tono que dejaba sentir un encogimiento de hombros cargado de resignación al otro lado del teléfono. Luego reveló que en Lugo había sido “inmensamente feliz” y que, lejos de lo que se imaginaba, se encontró una ciudad con mucho que ofrecer y con más ambiente universitario del que se hubiera esperado.

Cifras
Ese es un caso real que, quizás, ejemplifica una de las razones por las que las cifras de matrícula en la sede universitaria lucense están en caída libre. No es una rareza, dado que el número de universiarios desciende en toda España —en el curso 2016– 2017 se matricularon en estudios de grado y equivalentes unos 75.000 menos que en el 2008-2009—, pero sí es uno de los casos más agudos, especialmente entre los siete gallegos. Como a todos, la demografía le juega a la contra, ya que el estrechamiento de la base de la pirámide poblacional reduce el caladero donde pescan las universidades.
Y también le afecta, como a los demás, el creciente atractivo de la FP o el daño que la crisis ha hecho a algunas titulaciones. No hay más que recordar que Enxeñaría Civil era de las primeras en llenar sus plazas hace una década y hoy en día está entre las que no logra llegar al número mínimo que exige la Xunta: 45 alumnos en primer curso.
Sin embargo, al margen de la coyuntura general, hay otras razones que influyen en el desplome del campus lucense que quizás le son más particulares. Como, por ejemplo, el hecho de que es un gran desconocido fuera de la provincia y también dentro. En los últimos cuatro años se han hecho verdaderos esfuerzos por darlo a conocer entre los preuniversitarios, tanto a través de acciones dirigidas por el Vicerrectorado de Coordinación como de la propia comunidad docente, que lleva seis ediciones organizando Xuvenciencia, un campus científico para alumnos de ESO y BAC que atrae a jóvenes de toda Galicia y de otras comunidades españolas.
Sin embargo, revertir la tendencia al descenso es una tarea titánica y hasta ahora se ha conseguido contener la vía de agua, pero no reflotar el barco.
Paradójicamente, en este campus al que le cuesta hacer ver sus encantos, se encuentra el centro de la USC que más alumnado atrae de fuera de la comunidad autónoma gallega: Veterinaria. Es ya un estereotipo llamarle a esta facultad el “buque insignia” del campus, pero es cierto que es el activo más poderoso de la sede universitaria lucense.
Aunque también es verdad que quienes vienen a estudiar Veterinaria quieren ver vacas, así que la imagen de ruralidad que envuelve Lugo les resulta un tanto a favor.
Ser una titulación en exclusiva dentro del mapa universitario gallego es una gran ayuda, aunque también hay grados con gran demanda general en los que la competencia por ahora no hace mella, como Mestre en Educación Infantil y Primaria, Enfermería o Administración e Dirección de Empresas. En otros casos, la existencia de una oferta semejante en otros campus gallegos no beneficia, como es el caso de Enxeñaría Agrícola e Alimentaria, Enxeñaría Forestal, Enxeñaría Civil, Relacións Laborais o Lingua e Literatura Españolas.
Esta última, que realmente es un grupo del grado que se imparte en Compostela, caerá de la oferta a partir del curso 2019-2020.

Exclusivas
Ya para rizar el rizo, están las titulaciones que son tan exclusivas como desconocidas y pocos son los que se atreven a probar. Xeomática e Topografía, por ejemplo, es la transformación de la antigua Ingeniería Técnica en Topografía, que llenaba aulas en la primera década de este milenio. Sin embargo, entre la crisis del sector y que el nuevo grado puso por delante la geomática —un campo con, aparentemente, grandes perspectivas en la era tecnológica actual, pero quizás poco conocido para el gran público—, pasó a a tener cifras pírricas. 
Ciencias da Cultura —una de las tres que lideran su categoría en el U-Ranking, junto con Enxeñaría Forestal y Procesos Químicos Industriais— es otra de las exclusivas que no consigue llegar al mágico 45 y a partir de 2019-2020 se transformará en Xestióndo Patrimonio e Industrias Culturais. Igual sucede con el grado en Pequenas e Medianas Empresas, que iba a transformarse en un grado de tres años en Emprendemento e Economía Dixital, aunque la USC ha aplazado ese proyecto hasta debatir si abre la puerta estos grados más cortos.
Probablemente al campus lucense también le perjudique la fuerza centrífuga de la juventud. Es decir, los jóvenes lucenses que antes de decidir qué quieren estudiar ya tienen claro dónde no quieren hacerlo: en casa de sus padres. Si las familias pueden permitírselo, muchos se van a lugares más alejados, a veces para cursar lo mismo que podrían hacer aquí. Y en algún caso también afecta el complejo de inferioridad, que determina que en ciudades más grandes los servicios son necesariamente mejores y la formación, más actualizada, por lo que la opción local no se contempla. Es difícil saber cuánto influye cada uno de estos factores en la situación del campus lucense, pero está claro que la suma de todos ellos está tensando su supervivencia y los próximos años serán claves para su futuro.

Ordenación
La Consellería de Educación y las tres universidades gallegas tienen en marcha un plan de ordenación de las titulaciones que pretende, al menos, reducir duplicidades.
A ello se une el plan estratégico que puso en marcha la USC, auspiciado por la Xunta, para procurar la especialización del Campus Terra y, entre otras cosas, dotarlo de titulaciones con más atractivo para el alumnado. 
Fruto de todo ello, en septiembre comenzará el grado en Paisaxe, un ensayo compartido con la Universidade da Coruña que tendrá la particularidad de que los estudiantes harán los dos primeros cursos en Lugo y los dos restantes en A Coruña. Al año siguiente deberían despegar Enxeñaría Robótica y Xestión do Patrimonio; y, al siguiente, Bioquímica Agroforestal. El futuro, cada vez más incierto, dirá si servirán para reactivar un campus que gusta a quien lo prueba, si se le da la oportunidad. l

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