Algo parece estar cambiando en las carreteras coruñesas. Por primera vez en los últimos cinco años, en 2011 la intensidad media de entrada de vehículos a diario en la ciudad no superó los 100.000. De hecho, el dato muestra un importante descenso del 13,30 por ciento con respecto a 2010. Los expertos achacan esta tendencia a un cambio de hábitos con diferentes causas.
La crisis y la puesta en funcionamiento del sistema de transporte metropolitano justifican la caída
Por una parte, la crisis económica –y en particular los estratosféricos encarecimientos de los combustibles– han restringido mucho el uso de los vehículos particulares. Se ha acrecentado, por ejemplo, la diferencia entre la densidad de tráfico de los lunes y los viernes y la del resto de los días de la semana.
TRANSPORTE METROPOLITANO
Otro factor que ha tirado con fuerza hacia abajo de las cifras es la puesta en funcionamiento del sistema de transporte metropolitano. El tan ansiado “billete único” ha logrado un incremento del 50% en el servicio público del área metropolitana.
Pero no solo ha disminuidos el flujo de entrada y salida de coches en la ciudad. El tráfico por las vías internas de la ciudad también ha experimentado un descenso del 10 por ciento.
En concreto, la cifra es el cociente de la media entre lo que ha disminuido la circulación en las dos rondas (Outeiro y Nelle), que ha sido un 13 por ciento, y el cinco por ciento que se ha registrado en el resto de calles y avenidas de la ciudad.
Los datos corresponden al balance del último año completo, 2011, pero desde la Concejalía de Movilidad señalan que la tendencia para el 2012 se mantiene a la baja y que los datos finales ofrecerán un nuevo porcentaje negativo.
el bus urbano
En el caso del tráfico interior, A Coruña no repite el modelo de su área metropolitana. En la ciudad el transporte público ha sufrido también una merma de un 1,9 por ciento. La conclusión que estos datos arrojan a través de los técnicos es que han aumentado los desplazamientos a pie.
Lo que parece que no varían son las costumbres de los conductores, salvo causa de fuerza mayor. Alfonso Molina sigue siendo la carretera de entrada y salida, a mucha diferencia de la avenida da Pasaxe y la carretera de Eirís.
A partir de ahí, las obras suele ser el factor que modifica estos hábitos. El ejemplo más claro es la avenida de Salgado Torres, que por culpa de las obras de la Tercera Ronda ha perdido hasta un 72 por ciento de sus usuarios.
Algo parecido sucede con General Sanjurjo y, de forma colateral, con la avenida del Ejército, con fuertes descensos.
Un caso al que no se le encuentra explicación lógica es la avenida de Finisterre.