A juicio por desvalijar la cervecería del Agra donde trabajaba de encargado

A la vista de todos pero sin levantar la más mínima sospecha. Así se perpetró, según la tesis del fiscal, el robo que llega a juicio el próximo mes, perpetrado a finales de 2010 en un local de hostelería de la calle del Alcalde Lens, en el Agra del Orzán.
El banquillo lo ocupará quien, hasta la misma noche del asalto, había ejercido como gerente, que se enfrenta a una acusación por delito de apropiación indebida –o, en su caso, de hurto– que puede costarle una pena de hasta 15 meses de prisión. A ella, el escrito de acusación añade la petición de un pago de 38.100 euros, el importe de lo sustraído, tanto en metálico (de las múltiples cajas registradoras y de caudales) como del almacén y el propio negocio.

en furgoneta
De allí faltaron, según quedó reflejado en la denuncia, desde botellas de vino y licores hasta la cristalería, el microondas, las sillas o las taquillas del personal. Según sostiene el fiscal, el acusado se encargó de vaciar el local con ayuda de sus cuñados y de una furgoneta, con la que hizo dos viajes en que la cargó “al máximo”.
Todo esto lo vieron, según la misma fuente, los trabajadores que se encontraban aquella tarde en la cervecería, y sin embargo ninguno de ellos desconfió de una conducta delictiva debido a la “amplitud de funciones” que desempeñaba: él era quien se encargaba de la llevanza ordinaria del local, realizaba las entrevistas de trabajo, contrataba personal, realizaba pedidos a los proveedores y se ocupaba de recoger la recaudación.

de confianza
Esa es la razón de que tuviera acceso a todas las dependencias del negocio y de que dispusiera de las llaves y las claves de las cajas donde se guardaba el dinero. De este modo es como, según las conclusiones del fiscal, consiguió vaciar cada una de ellas, hasta hacerse con un botín que rozaba los 33.000 euros.
Los propietarios descubrieron la falta del dinero y la mercancía la noche del 20 de diciembre de aquel año, cuando el encargado comunicó a todo el personal que se marchaba durante una reunión. Semanas antes, ya había anunciado el fin de su contrato a los socios de la empresa, debido a las “discrepancias surgidas” en el ámbito del trabajo, en el que el acusado llevaba ejerciendo cargos de confianza desde hacía algo más de dos años.

A juicio por desvalijar la cervecería del Agra donde trabajaba de encargado

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