La ciudad sufre su segundo atraco a mano armada a una sucursal bancaria en menos de dos semanas

La ciudad sufre su segundo atraco a mano armada a una sucursal bancaria en menos  de dos semanas
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Alrededor de las once de la mañana, un hombre vestido de oscuro cometió un atraco en la pequeña sucursal de la Caixa Rural Galega, situada en el cruce de la calle Betanzos con la de Rosalía de Castro. Encañonó a los empleados con una pistola y se fue llevándose un botín que superaba los mil euros, según fuentes cercanas. Se trata del segundo caso de atraco a un banco en pleno día que se registra en la ciudad en menos de dos semanas.  
Según parece, el sujeto entró en la sucursal de la caja de ahorros cuando apenas había clientes, ocultando su rostro tras unas simples gafas de sol. Se situó en la cola del mostrador y esperó a que se fuera la única cliente que estaba presente en el local. Después se acercó a la cajera y anunció: “Quiero hacer un ingreso”. A continuación sacó el arma y exigió que le entregaran todo el dinero que pudieran. 
Además de la cajera y el atracador, la única otra persona que se hallaba en la sucursal en el momento de los hechos era el director de la misma, que salió de su oficina para encontrarse con el atracador encañonándole. El sospechoso volvió a repetir su exigencia de que le entregaran todo el dinero. Cuando le dieron un fajo de billetes, escapó en dirección al centro de la ciudad, por la calle Betanzos. 
Tras su huida, dieron la alarma y enseguida aparecieron los coches patrulla de la Policía Nacional. Pero, para entonces, el sospechoso ya había desaparecido. Los  agentes batieron la zona en busca del atracador, aunque no se ha notificado su arresto. En la descripción facilitada, además de la ropa oscura y las gafas, se incluye que tenía más de treinta años de edad y un acento extraño, que hizo pensar a las víctimas que era extranjero. 
En Os Mallos 
El anterior atraco del que se tiene noticia tuvo lugar en una pequeña sucursal bancaria del Santander, ubicada en el cruce de la calle Vizcaya con Oidor Gregorio Tovar, en Os Mallos, y guarda ciertas semejanzas con el delito de ayer: para empezar, el hecho de que se tratara de un local pequeño, con escasas medidas de seguridad y, en este caso, situado en una zona menos céntrica. 
Además,  en aquella ocasión, el delincuente también actuó a media mañana, a las doce y media, aproximadamente. Sin embargo, el atracador no utilizó una pistola, sino un cuchillo, con el que amenazó a los pocos clientes que se encontraba allí, así como a los empleados para que le entregaran todo el dinero, que se calculó en torno a los 2.000 euros. 
En el lado positivo, nadie resultó herido, más allá de los naturales nervios de los testigos, que fueron interrogados por agentes de la Policía Nacional. Los investigadores de la Policía Local también se llevaron la grabación de las cámaras de seguridad, donde quedó registrado el atraco, igual que hicieron ayer en el caso de la sucursal de la plaza de Lugo.

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