Las tapas de Culuca y Central Park se escapan del pelotón

Las tapas de Culuca y Central Park se escapan del pelotón
culuca y central park incluyen las tapas en su carta javier alborã©s

El encargado de Culuca cociña- bar, Francisco Jiménez, pensó en darle una vuelta a la tradición y presentó unos raviolis de cocido revestidos con espuma de grelos y caldo. Quizá la sorpresa de encontrar un sabor conocido en un formato distinto fue el detonante para que la tapa se enfundara el maillot amarillo. Eso y las migas de chorizo crujiente, que funcionaron como los fuegos artificiales al final de una fiesta.

El resultado de toda esa conjunción de elementos la hizo ganadora en el apartado de cocina tradicional y dentro de un concurso, “Destapa Galicia”, donde Begano invitó a los hosteleros a experimentar en los fogones. Y es que junto a la categoría donde desfilaron los platos de siempre, se añadió una segunda para propuestas con coca-cola y una tercera abierta a la creatividad, que también tuvo toque coruñés.

Con solo siete meses de experiencia en el mandilón, los de Central Park consiguieron una distinción que para el responsable, Fernando Estévez, es más que un empujón con el que coger impulso y seguir innovando en una carta donde también tienen sitio las tapas más clásicas.

En este caso, su “Kraken” fue algo más que un calamar gigante en medio del océano y cautivó al paladar de especialistas por la puesta en escena y una preparación cuidada. Sobre una base de puré de patata aderezada con tinta de calamar y aceite de trufa, los cocineros del local colocaron un huevo poché que a diferencia del resto de los huevos, tiene la distinción de que la yema queda líquida y se desparrama sobre el conjunto una vez se clava el tenedor. El secreto está en cubrir el producto con papel film y cocerlo unos cinco minutos.

Encima, Central Park le colocó la guinda que, en este caso, fue una puntilla de cefalópodo y adornó el experimento con lechuga y un tomate cherry. Con el fondo negro y una apariencia similar a la de las algas en el agua, su calamar gigante se movió en la boca de los comensales como si se tratara de ciencia ficción.

Y si Francisco envolvió un básico del repertorio gallego con raviolis de arroz asiático, que se hidratan con tan solo sumergirlos en agua templada, Fernando acertó en la combinación de ingredientes acuáticos y de la huerta. Ambas resultaron las triunfadoras entre 15 tapas y se podrán degustar en Culuca y Central Park durante una temporada.

Las tapas de Culuca y Central Park se escapan del pelotón

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