Jóvenes del entorno de O Maño relajan las precauciones que habían tomado desde la desaparición de Diana Quer

Jóvenes del entorno de O Maño relajan las precauciones que habían tomado desde la desaparición de Diana Quer
Las jóvenes regresan nuevamente solas a sus domicilios en O Maño CHECHU RÍO

Ya han transcurrido más de cuatro meses desde la desaparición en A Pobra de Diana Quer y, después de que saltasen todas las alarmas entre los padres, que no dejaban salir ni volver solas a sus hijas, parece que empiezan a restablecerse la normalidad, bajan la guardia al sentirse menos inseguras y relajan las precauciones que venían tomando desde entonces. De hecho, a algunas de ellas ya se las pudo ver regresar de noche, e incluso de madrugada, sin compañía y subiendo por la cuesta de O Maño hacia sus domicilios. Alguna de ellas, incluso menor de edad, manifestó que no pueden vivir con miedo toda su vida, máxime cuando a estas alturas aún se desconoce lo que le pasó a la joven madrileña.
Lo único que echan de menos en esa zona por la que regresan a sus casas es que se trata de una zona oscura, con escasa iluminación y la falta de aceras. El hecho de que esté tan a oscuras provoca, a su juicio, que resulte muy difícil que quienes van conduciendo un vehículo puedan llegar a ver a la gente caminando. De hecho, apuntan que si aquella noche nadie la vio después del puente de San Antonio puede que se debiera a esa circunstancia. Además, creen que poco más de información no estaría de más, para transmitir tranquilidad por parte de los responsables de diferentes organismos.
Algunas muchachas afirman que no pueden olvidar que Diana Quer está desaparecida y que es algo preocupante, máxime teniendo en cuenta que después de 128 días de intensas investigaciones no se haya concretado nada de lo que le pasó. De hecho son muchas preguntas que se hacen y las respuestas son bien pocas.
Lo único que parece estar claro es que a las 2.42 de la madrugada del 22 de agosto se le perdió de vista por el puente de San Antonio tras regresar de la fiesta, y que su teléfono móvil fue arrojado a la ría y que apareció debajo del viaducto de la Autovía do Barbanza, cerca de Cespón. Por el momento, resultaron prácticamente infructuosos los testimonios, pues no aportaron datos relevantes para saber el paradero de la adolescente, y los avances en una investigación que atraviesa por una fase muy técnica.

Jóvenes del entorno de O Maño relajan las precauciones que habían tomado desde la desaparición de Diana Quer

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