El profesor de Lugo que mató a su mujer pide perdón y dice que era su "vida"

La Sala de lo Civil y lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSXG) ha celebrado hoy la vista de apelación de la sentencia por asesinato que condenó a 21 años y 8 meses de prisión a Juan Carlos Pernas, el profesor que mató a su mujer en Lugo, que ha pedido perdón, ha dicho que su esposa era su "vida" y ha solicitado que se rebaje el cargo de asesinato a homicidio.
El fallo de la Audiencia Provincial de Lugo condenó a Juan Carlos Pernas a 18 años de cárcel por el delito de asesinato, a dos años por maltrato en el ámbito familiar y a dos penas de diez meses de reclusión por maltrato de obra y amenazas.
Además, también lo condenó a indemnizar a cada uno de sus dos hijos con 125.000 euros y con 30.000 a los padres de la víctima, la que entonces era su esposa, Montserrat Labrada, de 43 años, que murió por los golpes recibidos en la cabeza con un hacha el 26 de agosto de 2010.
El abogado de la defensa, Antonio Platas, ha solicitado que se rebajen los cargos de asesinato a homicidio e, incluso, que se anule el juicio previo y se repita debido a que la sentencia no está motivada suficientemente por el jurado.
También añade que no se tuvieron en cuenta la confesión, pues "no cabe duda alguna de que Juan Carlos mató a su esposa, no se discute, no se discutió y él mismo lo reconoció", ni tampoco la colaboración, ya que entregó pruebas que no se hubieran conseguido sin él.
Platas opina que los testimonios del juicio, todos del entorno íntimo de la víctima como su familia, sus amigos o su amante, llegaron sesgados por datos que conocieron a través de los medios de comunicación, cree que hubo parcialidad en el proceso, que no existió alevosía -que demuestra con las marcas de una pelea- y que los cargos de malos tratos no están justificados ni acreditados.
El propio Pernas subrayó que la persona que dirigió el juicio le "cortó la intención de hablar" cuando le dijo "que iba por muy mal camino", aunque "lo que quería decir era lo que pensaba, lo que sentía".
Dejó claro que "jamás" en su vida le ha "puesto un dedo encima" a su mujer o a sus hijos" y que "nunca en veinticinco años nadie escuchó un solo ruido", en la convivencia con su mujer, que era su "vida".
Rompió a llorar y no pudo terminar de hablar cuando explicaba que "quería muchísimo a la familia" de su mujer y quiso pedirles "perdón", aunque "ahora el daño está hecho".
La fiscalía ha preferido remitirse al escrito antes de un larguísimo alegato de la acusación particular que ha asegurado que "Juan Carlos ejecutó a Montserrat", y lo hizo "sin gritos y sin pelea", en un caso que ha quedado visto para sentencia.