Un incendio registrado en la madrugada de ayer en unas instalaciones hípicas situadas en el lugar de As Penas, en la parroquia ferrolana de Brión, se saldó con la muerte de cuatro caballos y una de las naves totalmente calcinada. El suceso está siendo investigado por la Policía Nacional, ya que todo apunta a que el fuego pudo haber sido provocado.
La granja afectada consta de dos naves –en las que en el momento del suceso había un total de nueve caballos– y un espacio destinado a entrenamientos, ya que su propietario, Joaquín Manuel Poves Martínez, fue jinete de competición y en la actualidad lo es su hijo, Joaquín Poves Gil.
Según la información facilitada a este diario por la esposa, Ángeles Gil, el incendio debió de comenzar en torno a las 03.00 horas y fue descubierto a las 05.00 horas por un vecino que salía a su trabajo en Navantia. Mientras él avisaba a los propietarios, otro residente en la zona que también tiene caballos retiró el candado de las puertas de la nave que estaba ardiendo, posibilitando así que tres de los siete equinos que había en el interior salvasen su vida.
Otros tres animales ya estaban muertos, mientras que el cuarto lo hizo poco tiempo después.
Los bomberos del parque municipal de A Gándara acudieron al lugar de los hechos y se volcaron en la extinción de las llamas, que en esos momentos presentaban una gran virulencia, evitando de este modo que se propagasen a la otra nave, en la que había otros dos caballos, que son los que Joaquín Poves Gil utiliza en las competiciones de salto, según explicó su madre.
En la nave que ardió había alpacas y hierba seca que favorecieron la expansión del fuego, pero el origen del mismo no está nada claro. Ángeles Gil manifestó que ellos, que viven en Ferrol, van todos los días a las instalaciones de Brión a cuidar los caballos e insistió en que es imposible que el fuego pudiese deberse a un cortocircuito, porque, “por sistema, siempre cortamos la luz antes de marcharnos”.