Un mes después de la quedada masiva de varias pandillas de jóvenes para pelearse en el entorno de la plaza de Maestro Mateo, vecinos y comerciantes han recobrado la calma aunque con cierta tensión latente. El compromiso de la Policía Nacional con los residentes para multar a los padres de todos aquellos menores que fueran identificados el fin de semana después parece estar detrás de la desaparición de los jóvenes. No obstante, todos los afectados de la zona temen que esta ausencia sea solo temporal mientras se calman los ánimos y aseguran estar aún alerta.
Las pandillas de jóvenes que se pasaron meses haciendo el día a día más complicado para los vecinos y empresarios de la calle de Alfredo Vicenti con sus actos incívicos ya no quedan en la gran plazuela formada en la acera frente a una conocida hamburguesería. Sin embargo nadie se fía del todo de que el sinvivir haya acabado, pues al final no hubo sanciones ni ningún tipo de castigo para los vándalos.
“Creemos que se ha calmado por el llamamiento que se hizo a los padres y, sobre todo, porque la policía estaba continuamente aquí”, razona la presidenta de la Asociación de Comerciantes de Riazor, Nelly Rey.
“Medio desaparecieron y lo relacionamos con las denuncias de la gente y la presencia policial y de la prensa”, recalca su homólogo en la Asociación de Vecinos Riazor-Estadio, Pedro Méndez.
Rey alude al inicio del curso como otra de las posibles causas de que ya no haya tanta aglomeración de adolescentes pero, fundamentalmente, dice que el cambio se notó “después de la quedada que organizaron para pegarse”. Pero ambos reconocen que ninguno de los dos colectivos está totalmente tranquilo. De hecho, el pasado jueves hubo un amago de concentración que fue cortado de raíz tras una advertencia policial. “No bajamos la guardia porque pueden haberse ido mientras todo se calma”, destaca Rey, mientras Méndez asegura que algunos piensan que en estos días podrían reaparecer tras pasar el puente fuera. “El fin de semana vamos a estar alerta”, concreta el representante.
Aunque los comerciantes trabajan con más tranquilidad y sus escaparates y puertas, vuelven a ser solo eso y no asientos improvisados, todavía se guardan las firmas recogidas durante varias semanas por si hay que recurrir al Ayuntamiento.
efecto disuasorio
A pesar de que en realidad el pasado 19 de septiembre la presencia de las fuerzas del orden disipó todo atisbo de batalla campal, el eco que tuvo esta peculiar cita llegó a los progenitores.
Además, tan solo una semana después la Policía Nacional se comprometió a utilizar un “método disuasorio”. A finales de septiembre Méndez aseguraba: “Primero piensan apercibirlos y si se siguen poniendo tontos ese mismo día se les multará”.
Resalta que “los agentes se volcaron, identificaron a algunos y llamaron a sus padres”. Aunque la Policía ha reducido su presencia, cada tarde da varias vueltas por la zona y por los colegios a los que pertenecían los implicados para evitar que acudan a Maestro Mateo a la salida.