Los planes estrella de la Marea no alcanzan los objetivos marcados

Los planes estrella de la Marea no alcanzan los objetivos marcados
El pleno pidió las dimisiones de Xiao Varela y Alberto Lema por el caso de los pisos | javier alborés

La Marea Atlántica presentó diversos programas como sus medidas estrella, pero ya en el último año de mandato siguen marcadas por no haber alcanzado los objetivos que se establecieron antes de su inicio. La renta social, el programa de compra de viviendas para alquiler social, la erradicación de asentamientos precarios o la reordenación de las líneas de autobús son algunas de las iniciativas más destacadas y que no están cumpliendo con las expectativas del Gobierno local.
La compra de pisos para alquiler social recibió críticas desde su anuncio ya que la oposición entendía que el Ayuntamiento debe fomentar otras prácticas en materia de vivienda y no convertirse en una suerte de inmobiliaria.
Si la iniciativa no fue bien recibida, su funcionamiento empeoró la situación ya que se adquirieron seis viviendas que provocaron una de las mayores polémicas del mandato. El motivo es que dos de ellas fueron compradas a un afín a la Marea sin cumplir con los requisitos del programa como entendieron la oposición y el Consello Consultivo, quien dictaminó que se debe anular su compra y también está en el aire el futuro de otros tres de los pisos adquiridos. Desde María Pita se negó en un principio que esto fuese así, luego se reconoció que pudo haber errores y el último episodio fue un pleno extraordinario en el que se solicitaron las dimisiones de los concejales Alberto Lema y Xiao Varela como responsables del fallido concurso. Además, se destinaron 1,26 millones de euros a este programa y se utilizó un 30%, todo ello a la espera de conocer cómo se resuelve el proceso y sus consecuencias.
Mientras, la renta social es una prestación económica puesta en marcha por el actual equipo de gobierno con la intención de ayudar a personas en situación de vulnerabilidad. La Marea cifró en un millar las familias de la ciudad que podrían beneficiarse de este programa, pero los datos dos años después de su puesta en marcha están muy por debajo de esa cifra.
En estos 24 meses se concedieron solo 323 de estas prestaciones, mientras que en la actualidad están activas algo más de doscientas, apenas una quinta parte del objetivo estimado. Como pasó con los pisos, también hubo un exceso a la hora de calcular los fondos. En un primer momento se reservaron tres millones de euros, aunque la cifra ejecutada no se acercó a esta cantidad en ningún momento y las partidas se han ido reduciendo progresivamente en el presupuesto.
Otra medida destacada del Gobierno local en materia social fue la intención de erradicar el asentamiento chabolista de A Pasaxe. El año pasado se derribó la antigua nave de la fábrica de La Toja y algunas chabolas, limpiando el espacio resultante y reubicando en pisos a algunos de los habitantes de este lugar.
Sin embargo, a día de hoy continúa habiendo chabolistas en A Pasaxe y se antoja imposible que el asentamiento quede erradicado antes de que finalice el mandato, en parte porque algunos de sus habitantes se niegan a abandonarlo debido a que allí pueden acumular la chatarra que utilizan para su compraventa.

Las líneas de autobús
Desde el inicio del mandato también se habló de que se llevaría a cabo una reordenación de las líneas de autobús urbano, una propuesta que se ha ido postergando sin que de momento se conozca cuándo se va a convertir en realidad.
Desde la Concejalía de Movilidad Sostenible se dieron distintas fechas en las que se debería producir, pero casi todas pasaron y el Ayuntamiento confía en que se vaya a hacer antes del final del mandato, aunque por ahora la única novedad anunciada de manera oficial es la intención de bajar las tarifas del servicio este año, una medida que se da a conocer a dos meses de que finalice su contrato. l

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