Reportaje | Las macetohuertas, una forma de juntar a distintas culturas y generaciones

Reportaje | Las macetohuertas, una forma de juntar a distintas culturas y generaciones
El último taller terminó la semana pasada con una parte práctica

La ONG Ecos do Sur viene de pilotar un taller de macetohuertas como resultado de un proceso en el que la organización se remangó para trabajar un trozo de tierra en Monte Alto cedido por el Ayuntamiento, junto a participantes de sus programas, personas vulnerables bien por superar episodios de violencia o de inmigración y, en definitiva, entre todos hicieron crecer cosas ricas en cuatro por cuatro metros cuadrados.
Dado el éxito de la operación, la entidad aspira a tener más superficie porque a raíz de la experiencia salieron estos obradoiros donde el perfil es muy variopinto. Se encuadran dentro del apartado Coruña Ambiental, organizado desde María Pita para promover hábitos saludables y con el entorno. En este sentido, la educadora social Alba Breijo cuenta que quieren darle continuidad porque aquí se da cita gente de distintas culturas y generaciones y se trata de acercar experiencias y propiciar encuentros. De personas con inquietudes que hoy tienen en el balcón macetas con lechugas y verduras invernales.

Ayudas
Para seguir, necesitan subvenciones porque demanda la tienen de sobra y por eso, animan a los coruñeses a introducirse en el arte de plantar sobre el asfalto “y colgamos en las redes sociales una especie de consejos sobre agricultura”.
Alba explica que la actividad es sencilla: “Tiene una parte teórica y otra práctica, en la que se llevan una maceta para empezar”. Valen las terrazas, los balcones con sol, incluso interiores con mucha luz y aunque el repertorio de vegetales es más limitado que en los huertos tradicionales, los participantes cuidan su “terruño” y le mandan fotos al profesor Iago. Esto ya lo comprobaron con la parcela próxima a la vieja cárcel, que puso a los asistentes en contacto con la naturaleza y los mayores del barrio, que se acercan a transmitir la sabiduría de una vida viendo a cientos de tomates brotar entre las hojas. Así que “se generan intercambios al aire libre”.

Tras usar el sacho, ahora quieren llegar a más población. Los primeros talleres se distribuyeron en dos turnos, uno de mañana y un segundo de tarde.Además, cuentan con un voluntariado ambiental, que es el que sale de trabajar la tierra y que se convierte en apto para eventos en los que Ecos do Sur participa como el mercado ecológico en la plaza de España.
Allí, junto al equipo técnico formado por cuatro miembros de Ecos do Sur, los que se iniciaron en el mundo de la horticultura contaron cómo les fue fomentando lo ecológico en una finca dividida en tres. Proxecto Cárcere, la asociación de vecinos de Monte Alto y ellos, que abonan y siembran. Para recoger cuando el sol aprieta.
Por otro lado, lo verde está igualmente presente en la ONG a través de cursos ocupacionales de agricultura que dan en la ciudad y también en Arteixo para ofrecer esta como una posible salida laboral.

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