La “Senhora da noite” explorará esta noche el mundo femenino con sus prodigiosas cuerdas vocales. Mísia, fadista portuguesa de renombre mundial, llega al teatro Rosalía (20.30 horas) para presentar su nuevo disco a un público, el gallego, que entiende bien su música. O eso es lo que le transmiten.
Llega a la ciudad con un disco compuesto por textos de escritoras y poetas. ¿Son inéditos compuestos para “Senhora da noite”?
La música del disco es exclusivamente fado tradicional, es decir, son melodías que ya existen desde hace bastantes años y pueden ser cantadas con diversos textos. Aquí hay textos escritos especialmente para este álbum, excepto algunos de Amália Rodriguez, Florbella Espanca, Natália Correia... que ya no están vivas.
Pone voz y música a autoras lusas del pasado. ¿La música gallega le transmite como para crear un proyecto similar?
La música gallega tiene una esencialidad y espiritualidad muy propia para los portugueses, es fácil sentirse cómplice de la cultura gallega.
“Me entristece que al salir una noticia negativa aparezca la palabra fado”
Oviedo, A Coruña, Alemania... Una gira completa pero ¿dónde se acepta mejor el fado?
El fado es local y universal pues, en mi opinión, es más que un género musical: es un lenguaje emocional. Amália Rodrigues abrió las puertas para el género en todo el mundo dejándolo en un nivel insuperable. Cada público tiene su gráfico de emociones. El del gallego es muy parecido al nuestro y en Japón, al igual que en Alemania o incluso en Portugal los grandes sentimientos del alma humana, con su belleza y miseria, son los mismos.
De hecho, dicen que el fado muy propio para la crisis...
El fado que a mí me gusta canta el destino pero con una trascendencia que traspasa las circunstancias logísticas del momento actual. Pobres de los portugueses si vamos a aceptar la troika por nuestro fado. El fado es profundo y bello y francamente me entristece que cada vez que sale una noticia negativa sobre el Fondo Monetario Internacional, etcétera, aparezca en ella la palabra fado.
La califican como la renovadora de este estilo musical. ¿En qué sentido lo es?
Estoy entre Amália y la nueva generación. Empecé a hacer un tipo de fado para el que no había público, lo tuve que crear. Esto es lo opuesto a responder a una demanda de la industria cultural.
¿Abrirá su espectro artístico?
Soy cada vez más una cosa, y más otra, y aún otra más. No quiero amputar nada ni ser obligada a escoger y sé que mi público lo entiende, no quiere poseer al artista. Pienso cantar, escribir, fotografiar, interpretar, pintar... Todo lo que me guste. n