La actividad okupa ha causado al menos cinco incendios en los últimos dieciséis meses

La actividad okupa ha causado al menos cinco incendios en los últimos dieciséis meses
El humo volvió a alertar a los vecinos de la zona | pedro puig

La presencia de okupas en edificios de la ciudad suele suscitar incomodidad entre los vecinos del entorno por el estilo de vida de los que deciden morar de forma ilegal, pero en ocasiones supone además un riesgo para la seguridad. El incendio presuntamente provocado el lunes por el okupa del primer piso del número 5 de la calle del Socorro es, al menos, el quinto que se registra en la ciudad relacionado con viviendas okupadas.
Precisamente, en julio del año pasado los Bomberos acudían a las cinco de la madrugada al mismo inmueble de la calle del Socorro a sofocar un incendio en el portal, donde ardía un montón de poliexpán, que producía una gran cantidad de humo tóxico. En aquel momento no se pudo determinar quién había sido el responsable, pero todo apuntaba a algún okupa que hubiese decidido encender un fuego para calentarse. Aquel primer fuego no supuso daños para la propiedad, muy al contrario que el del lunes, que dejó prácticamente inhabitable el edificio.
Más virulento que este fue el que tuvo lugar en mayo del año pasado en la calle de Fuente Seca del Monte, que en apenas veinte minutos causaron el derrumbe de las cuatro plantas de un inmueble abandonado que iba a ser demolido. Allí residía de forma irregular un joven al que se había visto por última vez antes de que se declarase el fuego abandonando el edificio con sus pertenencias en unas bolsas. Había sido durante el descanso de unos operarios que había instalando un andamio como paso previo a la demolición. Poco después, comenzó a salir una gran humareda del cuarto piso, que acabó por arrasar todo el inmueble.
Los Bomberos también tuvieron que acudir en noviembre del año pasado durante varios días a sofocar el fuego y refrescar una casa okupa en San Pedro de Visma.
El caso más reciente, y menos lesivo, tuvo lugar hace menos de dos semanas, el 29 agosto, cuando un okupa de origen italiano provocó un conato de incendio en el número treinta de la calle del Ángel que había decidido arrancar un lavabo para usarlo como base donde prendar una fogata con maderos.
La ocupación es cada vez más visible en A Coruña y las comunidades de vecinos afectadas insisten en alertar de los problemas de convivencia que originan, a los que desde hace un tiempo se suman los de seguridad, más alarmantes. l

La actividad okupa ha causado al menos cinco incendios en los últimos dieciséis meses

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