Los conatos de botellón se desplazan cada vez más a lugares periféricos

Los conatos de botellón se desplazan  cada vez más a lugares periféricos
El último punto localizado se encuentra en el entorno del pabellón municipal de Los Rosales | pedro puig

Después de las dos primeras semanas, la vigilancia contra el botellón en los jardines de Méndez Núñez se ha ido relajando, a medida que las autoridades entienden que el peligro de que regresen los jóvenes provistos de alcohol a la zona verde se reduce. Esta noche, por ejemplo, se mantiene un dispositivo más pequeño, aunque se instalará la cinta de nuevo por todo el perímetro para disuadir a los juerguistas, pero la atención de los policías locales ahora se centran en lugares más alejados de Méndez Núñez, donde los jóvenes tratan de buscar un refugio seguro. Tienen una larga lista de 16 sitios a vigilar. El último de ellos, las inmediaciones del pabellón municipal de Los Rosales.

16 puntos
incluye la lista de la Policía Local de posibles localizaciones para celebrar el botellón, y cuyas patrullas revisan cada noche. 

Para descubrir los lugares en donde los jóvenes realizan “microbotellones” los policías locales recurren a los operarios de Cespa, por la sencilla razón de que son ellos los que descubren las botellas vacías, los vasos de plástico y las bolsas que son los restos inevitables de esta fiesta. Por eso saben, por ejemplo, que el fin de semana pasado se celebró en las inmediaciones el pabellón municipal de Los Rosales, que ahora se ha sumado a la cada vez más larga lista de puntos que los coches patrulla tienen que recorrer para asegurarse de que no se forman estos microbotellones que ponen en peligro el descanso de los vecinos, como prometió que haría la alcaldesa, Inés Rey.

200.000 euros
gastó el Ayuntamiento durante 2019 para limpiar la basura y reparar los daños causados por el botellón en los jardines de Méndez Núñez

Localizaciones

En dicha lista se incluyen algunos puntos ya conocidos, como la calle Vista, la Cormelana, la plaza de José Sellier y el entorno, y la plaza de Santa Catalina (esta última Zona de Especial Protección, como lo es Méndez Núñez desde el mes pasado). También se presta una atención especial a las zonas aledañas a los jardines, como la avenida de La Marina, la parte más alejada de O Parrote y la Dársena de La Marina, la zona situada detrás de la Autoridad Portuaria, o las inmediaciones de Palexco, que acoge varias discotecas. Son lugares (estos últimos) donde los jóvenes de fiesta no podrían molestar a ningún vecino, así que los policías locales no puede recurrir a la ordenanza municipal que regulan la convivencia para echar a los bebedores.

1.000 jóvenes
universitarios se citaban de media en los jardines para hacer botellón, una cantidad que varía según el día de la semana y la época del año.

Afortunadamente, los pocos jóvenes que encuentran la Policía  Local dándole a la botella se muestran dóciles a la autoridad, y abandonan el lugar que ocupan en cuanto se lo piden. La mayoría de ellos ignora que no está prohibido beber en la calle, o que la Policía Local no puede actuar si no están interrumpiendo el descanso vecinal con un exceso de ruido, ni multarles a menos que depositen basura en la calle u orinen en la vía pública, lo que iría en contra de las ordenanzas de limpieza, así que la situación se mantiene fácilmente bajo control.

 30 agentes
formarán parte del dispositivo extraordinario de esta noche, que vigilará los jardines,  así como otras partes de la ciudad para evitar problemas

Desde Méndez Núñez

En los primeros días, la vigilancia policial se fue extendiendo de forma concéntrica, a medida que los universitarios se alejaban más y más de Méndez Núñez. Al principio fueron localizados en los jardines de la Maestranza, los soportales de la plaza de Juan Naya. y la de María Auxiliadora, ambas en Zalaeta y las plazas de Lugo y Pontevedra. Pero también aparecieron en zonas mucho más alejadas del centro, como el parque Europa o el Paseo de los Puentes. A día de hoy, se vigila también el Paseo Marítimo en la zona de Las Esclavas y el parque de Santa Margarita, además del más reciente pabellón municipal de Los Rosales, a medida que los universitarios se desplazan hacia puntos más periféricos.

En esta labor, los policías locales cuentan, además de con los operarios de Cespa, con la inestimable ayuda de los vecinos, que han llamado en varias ocasiones al 092 para alertar de la presencia de pequeños grupos jóvenes con bolsas llenas de bebida.

Los conatos de botellón se desplazan cada vez más a lugares periféricos

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