El papa Francisco pide perdón en el campo de exterminio nazi de Auschwitz

El papa Francisco pide perdón en el campo de exterminio nazi de Auschwitz
Pope Francis walks through a gate with the words "Arbeit macht frei" (Work sets you free) at the former Nazi German concentration and extermination camp Auschwitz-Birkenau in Oswiecim, Poland, July 29, 2016. REUTERS/Kacper Pempel

El papa Francisco realizó ayer una emotiva visita al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, marcada por el silencio, sin intervenciones públicas. Tan solo dejó escrito en el Libro de Honor del campo de concentración: “Señor, ten piedad de tu pueblo! Señor, perdona tanta crueldad!”.
El pontífice protagonizó uno de los momentos más emotivos de su visita a Polonia, iniciada el miércoles 27 de julio, al visitar en silencio el campo de concentración de Auschwitz. El papa entró en el campo de concentración a pie, bajo la inscripción que preside el campo “Arbeit macht frei” (“El trabajo os hará libres”).
Posteriormente entró en la celda donde estuvo encarcelado el padre Maximilian Kolbe y  rezó en silencio, durante un tiempo cercano a los diez minutos. Después, en medio de un impresionante silencio, Francisco encendió una lámpara en el llamado “Muro de la Muerte”, donde eran fusilados los prisioneros.
Al firmar en el Libro de Honor de Auschwitz, escribió en español la nota: “Señor, ten piedad de tu pueblo! Señor, perdona tanta crueldad!”.
A continuación, el Santo Padre se dirigió en coche al vecino campo de Auschwitz II-Birkenau, a solo tres kilómetros, donde los nazis asesinaron judíos a gran escala. Allí, el papa, con el rostro serio y triste, rezó en un monumento a las víctimas, situado entre las ruinas de las dos mayores cámaras de gas.
El papa saludó personalmente a una docena de supervivientes del campo de concentración y a un grupo de ‘“Justos entre las naciones” (personas no judías que arriesgaron su vida por salvar judíos durante la Segunda Guerra Mundial).
El padre Kolbe, en cuya celda rezó el papa, es un religioso polaco, canonizado por Juan Pablo II en 1982, que intercambió su vida con la de un padre de familia condenado a muerte en este campo de exterminio. Fue ejecutado con una inyección de gas fenol en este lugar hace exactamente setenta y cinco años.

JUSTOS ENTRE LAS NACIONES
Entre los “justos entre las Naciones” saludados ayer por el papa se halla Maria Augustyn, hija de Karol and Waleria Jamro, quienes alojaron en 1942, a una pareja de prófugos judíos, Hena y Oskar Oliner, que llevaban huyendo varias noches. Los padres de Maria no solo aceptaron acoger al matrimonio, desesperado, sino que además les dieron de comer. 
Los judíos se marcharon al día siguiente, pero, sin encontrar otro lugar que les acogiera, regresaron a casa de los Jamro en el pueblo de Zagórzany, quienes les prepararon un escondite, dentro de un guardarropa. Tras la guerra, los Oliner emigraron a estados Unidos.

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