Fue necesario repetir el aviso por radio varias veces para que los agentes que estaban a la escucha se convencieran de que habían oido bien, pero así era: un ciervo recorría a galope tendido la avenida de Alfonso Molina. Eran las diez de la noche del domingo y el tráfico era escaso, pero los pocos conductores que circulaban tampoco daban crédito a lo que veían, mientras aminoraban la marcha ante el temor a cruzarse con el animal. Éste siguió su recorrido por los barrios de A Gaiteir y Os Castros hasta llegar a la rotonda del cruce de la ronda de Outeiro con la de la avenida del Ejército, donde los viandantes lo grabaron con sus móviles. Luego, aparentemente satisfecho de lo lejos que había llegado en su recorrido urbano, decidió volver de grupas hacia el monte de donde había salido.
“Creemos que apareció por Feáns”, comentan fuentes de los servicios de emergencia. Al parecer, el primer avistamiento del ciervo se registró detrás del complejo comercial de Carrefour, lo que apunta a que el ciervo habría bajado desde la zona de montes de A Zapateira por Feáns hasta llegar a la ronda de Outeiro. En todo caso, el animal no dio muestras de agresividad ni embistió a ningún transeúnte.
Cuando aparecieron los agentes de la Policía Nacional y Local se limitaron a empujarlo con los coches patrullas en la misma dirección de la que había venido. Aunque en realidad, no fue necesario presionarlo: el animal parecía tener claro que se había equivocado de camino y las patrullas no hicieron más que escoltarlo, cortando el tráfico cuando fue necesario, hasta que volvió a desaparecer por las laderas del monte de Feáns.

posibles causas
En cuanto a qué podría haber empujado al ciervo a bajar a la ciudad, se apunta como causa posible la circunstancia de que ya ha comenzado la temporada de caza, de manera que una batida le podría haber alejado de su  territorio habitual. También es el comienzo de la época de celo, cuando los machos se desplazan más lejos en busca de una hembra que cubrir.
Si ese es el caso, el enamoradizo ciervo debió de llevarse un chasco cuando descubrió que era imposible encontrar una pareja en un lugar del tamaño de A Coruña, aunque tampoco sería el primero. Quizá le hubiera ido mejor si hubiera bajado en la madrugada del sábado. n