Desde una ciudad con nombre de mujer

Queda mucho por hacer y avanzar hacia la igualdad real entre hombres y mujeres. La ordenanza de igualdad aprobada en el pasado pleno de octubre debe servirnos para avanzar en esta ciudad con nombre de mujer y un espíritu totalmente femenino, como destacaba la alcaldesa en su emotivo discurso de investidura el pasado 15 de junio.

Todo lo que se haga y proponga a favor de la igualdad siempre debe de ser siempre bien recibido. Los ciudadanos debemos trabajar día a día para avanzar hacia la igualdad. La igualdad real entre mujeres y hombres se logra con políticas públicas que corrijan los problemas estructurales que causa la desigualdad: el mercado laboral, la conciliación, las escuelas infantiles entre 0 y 3 años o la imposibilidad de formar una familia sin que afecte a la carrera profesional.

Es necesario corregir la intolerable dualidad de nuestro mercado laboral, que es el más precario en Europa hoy en día, y asegurar contratos dignos y estables para formar una familia con seguridad y solvencia.

La incorporación de la mujer al mercado laboral no ha ido acompañada de políticas efectivas que permitieran ejercer la corresponsabilidad entre mujeres y hombres que demanda la sociedad del siglo XXI.

Por muchos avances obtenidos sigue existiendo una desigualdad notable en las oportunidades de las mujeres, una brecha salarial inaceptable y la evidencia de una mayor dificultad para que las mujeres alcancen sus objetivos. Mientras la igualdad plena no esté conseguida, el feminismo liberal será el arma principal para dar esa batalla.

Queremos que cualquier persona tenga las mismas aspiraciones, oportunidades y salarios independientemente del sexo que tenga. Debemos considerar que no se trata solo de mujeres, sino de una cuestión de justicia e igualdad.

Sigue existiendo una desigualdad notable en las oportunidades de las mujeres, una brecha salarial inaceptable y la evidencia de una mayor dificultad para que las mujeres puedan alcanzar sus objetivos

Fundamental es que los ciudadanos deben ser formados de tal manera que se reconozcan en igualdad de derechos y deberes, oportunidades y aspiraciones, posibilidades y metas. Se debe fomentar la coeducación desde edades tempranas, la sensibilización, la prevención de cualquier violencia contra la mujer, a fin de construir una sociedad responsable y comprometida con su ciudadanía.

En este sentido, se debe hacer un esfuerzo para buscar una mayor visibilidad de las mujeres pasadas, que afortunadamente en esta ciudad tenemos muy buenos ejemplos a seguir, y por supuesto, las mujeres presentes.

Nunca habrá igualdad sin libertad, el liberalismo percibe la emancipación del individuo sin distinción de sexo, nacimiento, etnia, raza o religión, por eso el feminismo liberal es el que defiende que toda mujer tiene igual libertad individual que el hombre.

Los hombres son imprescindibles para la tarea que se propone el feminismo liberal, no podemos ignorar a la mitad de la sociedad para emprender la batalla de igualdad de derechos y deberes. Guerra de sexos es pasado, feminismo liberal es presente y futuro, futuro en la lucha por la igualdad.

Desde una ciudad con nombre de mujer

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