Brazos en jarras

ue sea Open Arms quien gestione el salvamento de los refugiados en el mar da idea de la categoría moral de los estados europeos y la indolencia de sus gentes. Esta es una tarea que ha de recaer en el poder democráticamente establecido y humanamente concebido, porque es a ellos a los que se les otorgar el mandato de velar por la seguridad de sus ciudadanos y la del ser humano en general. Y los que allí mueren, son, al margen de cualquier otra consideración sociológica, seres a los que le debemos el auxilio que demandan porque sino lo merecen ellos, tampoco nosotros. Dejar ahogar a un hombre porque salvarlo nos crea un problema es un acto de inhumanidad que no debería ser soportado ni avalado por ley alguna, porque corrompe el espíritu ético de toda norma.
El ser humano es por sí y allí donde le es humanamente posible y es por falta de ella por la que huyen estos hombres de esos pueblos y territorios, y ese es justamente el espacio que le hemos de habilitar y para eso debemos mostrarnos implacables con aquellos que los oprimen y lanzan a esta aventura suicida. Es a ellos a quienes hay que ahogar no en un mar de permisividad sino de firmeza en todos los frentes, pero no nace esta de la renuncia a salvar a sus víctimas sino de la de condenar y castigar sus actos de verdugos. Esta digna labor exige voluntad y credibilidad, el Parlamento Europeo debería tenerla y en honor a ella tomar iniciativa ante esta catástrofe humanitaria.

Brazos en jarras

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