Liderar el crecimiento

“Sementamos para resistir e resistimos. Agora toca sementar para crecer, e creceremos”. Así de optimista se manifestó el presidente de la Xunta ante los empresarios la semana pasada. El mandatario casi da por finalizada la etapa de estabilización de la economía de Galicia y ahora, sin renunciar a aplicar el tratamiento al todavía enfermo con políticas de recia administración de los recursos, anuncia el comienzo de una nueva etapa.
El reto del nuevo tiempo es crecer y crear empleo, metas que, añadió, deben “liderar los empresarios” que siempre podrán contar con la compañía del Gobierno gallego con programas de estímulo a la economía.
Pero el azar quiso que el mismo día que el presidente acudía a la reunión del Consejo Asesor de la Confederación de Empresarios de Galicia publicaran los periódicos el último Índice de Confianza Empresarial Armonizado –ICEA– que refleja el pesimismo de los empresarios gallegos sobre la situación económica actual y sus perspectivas en el corto plazo. Según se desprende de sus respuestas, los empresarios no participan de la euforia oficial que recorre el país, no acaban de creer que la economía irá mejor y que la lucha contra el paro dará mejores resultados este año que el pasado.
¿Cuál es la causa del bajo estado de ánimo de nuestros emprendedores? La respuesta la dio el presidente de la patronal gallega que, como viene siendo habitual en las reuniones de empresarios, reiteró la necesidad de contar con mayores facilidades de financiación, de “fluidez del crédito” para poder hacer frente a todo lo que entraña los procesos de producción de las empresas.
La actividad económica siempre ha ido de la mano del crédito y la inhibición de la banca a la hora de otorgar préstamos a empresas y familias retarda la salida de la crisis y el comienzo de la plena recuperación. Dicen muchos analistas que este año el crédito seguirá siendo escaso y caro. Primero, porque la banca, escarmentada de la alegría crediticia de la etapa, busca la rentabilidad en otros ámbitos sin correr riesgo alguno, además de elevar las garantías de solvencia. Por otra parte, los bancos tienen sus propios problemas y ahora su gran preocupación son las pruebas de solvencia a las que tiene que someterse este mismo año.
Con este panorama los empresarios gallegos tienen razón porque la sequía crediticia es un obstáculo más para el funcionamiento de las empresas. Lo triste es que ellos, que tenían que liderar el crecimiento y la creación de empleo, estén liderando el pesimismo.

Liderar el crecimiento

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