EL DESPEGUE INMOBILIARIO

Los promotores inmobiliarios, deprimidos desde hace mucho tiempo, empiezan a recuperar el optimismo, puesto que preven que el próximo año será el del inicio de la recuperación. Los movimientos que se observan en el sector, con ciertos grupos ultimando proyectos constructivos, son los que dan pie a pensar que, al fin, llega el cambio de ciclo. Que se cumplan esos pronósticos sería una gran noticia, ya que ese despegue redundaría de beneficio de muchos ámbitos productivos y no de manera exclusiva en el del ladrillo.
Pero nada será posible sin las intervención de los bancos; o adoptan las medidas oportunas para que fluya el crédito –tanto para que los empresarios puedan sacar adelante sus proyectos como para que las personas interesadas en adquirir una vivienda puedan hacerlo– las buenas perspectivas no llegarán a hacerse realidad. Al mismo tiempo, será necesario evitar se repitan los disparates que acabaron desembocando en el estallido de la burbuja inmobiliaria. La razón debe imperar en todo momento, ya que de otra manera se desandaría de golpe todo el camino por el que tanto costó avanzar desde el inicio de la crisis y que se cobró un número tan elevado de damnificados.

EL DESPEGUE INMOBILIARIO

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