“Primus inter pares”

Miembros de la plantilla de NCG Banco se reunieron en Compostela en defensa de sus puestos de trabajo, asamblea en la que se exigió de soslayo la devolución del dinero de la preferentes, cuestión que no debería despacharse en ese marco y menos en ese desentendido tono. En la apariencia, al solo efecto de dar cobertura social a sus reivindicaciones.

La responsabilidad de los empleados en los hechos que han llevado a la ruina a miles de humildes ahorradores no es para nada baladí. Por eso, su petición suena a estrategia sindical, a uso arbitrario de un dolor cuya causa no le es ajena. No podemos obviar que en este entramado de engaño la culpa recae sobre la mayor parte de los trabajadores, pues todos, en mayor o menor media, lo sabían.

Y es que fue en las sucursales donde se ejecutó la orden. Fueron ellos quienes tejieron en el punto bobo de sus intereses profesionales las capuchas cómplices del “latrocinio”. Ellos, quienes montaron las recortadas del “atraco” emocional que encierra el abuso de confianza cometido.

Ese y no otro era el momento de levantar la voz en lo individual y lo colectivo para evitar lo que sabían una operación de dudosa legalidad. Se impone que en su condición de ciudadanos y trabajadores pidan público perdón por lo que les hicieron a iguales en el ejercicio de primeros. La hipocresía de fijar el nivel de exigencia ética en élites ambiciosas y corruptas, nos condena a una continua degradación del sistema.

“Primus inter pares”

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