EL pequeño Nicolás, un mito en el arte del selfi –si pasase a papel todos sus autorretratos con famosos, la deforestación de la Amazonía alcanzaría una velocidad supersónica–, se ha librado definitivamente de la amenaza del CNI. La Audiencia de Madrid confirmó su absolución en el caso de injurias y calumnias a los espías, en el que su abogada había alegado que era inimputable porque está jamado. Sufre “alteraciones psíquicas”, dijo la letrada utilizando el lenguaje forense. El tránsito de pequeño a mayor Nicolás no será, por tanto, entre rejas. La de autorretratos que habría hecho si le aplicasen la prisión permanente revisable. FOTO: el pequeño nicolás | aec