JOSÉ Blanco, el político que en Galicia hizo política como Blanquito y en Madrid como Pepiño, anda ahora por Bruselas, donde vive un retiro dorado como eurodiputado. Pero no se dedica a vegetar en la que es ciudad más aburrida del mundo desde que se marcharon los Tercios, sino que se lo curra. De hecho, el Parlamento acaba de respaldar una propuesta suya para elevar hasta el 35% el porcentaje de energía procedente de las fuentes renovables que se consuma en la UE. Si esa energía sirve para que funcionen las máquinas de café de las gasolineras, será un hombre totalmente feliz, porque le encanta la mezcla del aroma a café y a octanos. josé blanco | aec