Sol en la piel, planes junto al mar y la promesa de días que se alargan sin prisa. El verano ya está aquí, y con él, el deseo de viajar ligero, con estilo y sin renunciar a lo esencial. ¿Y qué no puede faltar en tu maleta? Además del imprescindible protector solar y ese bikini que nunca falla, hay un elemento que suma estilo y versatilidad a cualquier escapada: el pareo. Este verano, no se lleva por necesidad, sino por elección.
Ya no es solo un accesorio práctico. Ahora es el protagonista del look. Se transforma en vestido improvisado, en top para una cena frente al mar, en turbante o incluso en túnica bohemia. Se anuda, se adapta y aporta un aire sofisticado sin esfuerzo. Y en esta nueva era del pareo, hay piezas que marcan la diferencia.
Ángel Cabrera firma una colección de pañuelos de seda que transforman la tradición en arte para llevar. Con más de una década de experiencia en tintado manual, su trabajo combina técnica, sostenibilidad y un fuerte vínculo con el paisaje canario. Pigmentos naturales -como la cochinilla o plantas locales-, pinceladas libres y ausencia total de moldes dan como resultado piezas únicas, hechas a mano y cargadas de carácter.
Los pañuelos tienen la capacidad de transformar cualquier gesto cotidiano en algo especial. Llévalos anudados a la cadera como pareo corto, envueltos sobre el busto para un top con caída artística o como vestido túnica con un nudo al cuello. También funcionan como turbante o pañuelo para el pelo, combinando perfectamente con bañadores minimalistas o looks más sofisticados.
Son ligeros, ocupan apenas espacio en la maleta y elevan cualquier conjunto con ese toque de autenticidad que solo tiene lo hecho a mano. Más que moda, son piezas con espíritu viajero y sensibilidad artística.