La Familia de Noah: una historia real que cruza océanos para cuidar la infancia

La Familia de Noah: una historia real que cruza océanos para cuidar la infancia
Cristina y Nicolás junto a los niños del orfanato Daraay Serigne Saliou en Senegal. I CEDIDA

La Familia de Noah es una iniciativa sin ánimo de lucro creada por Cristina García y Nicolás Sané, una pareja gallega-senegalesa que, junto a su hijo Noah, ha dado vida a un proyecto familiar que cruza fronteras. Su objetivo es claro: llevar educación, salud y oportunidades a niños y niñas en situación de vulnerabilidad en Senegal, especialmente aquellos que viven en el orfanato Daraay Serigne Saliou, en el que actualmente residen 97 menores de entre 0 y 15 años.

 

El proyecto nació de forma natural, desde una inquietud personal que fue creciendo con cada viaje. “En nuestro primer viaje a Senegal llevamos algunas donaciones por iniciativa propia, pero fue en el segundo, el año pasado, cuando todo empezó a tomar forma de verdad. La gente de nuestro entorno empezó a colaborar, y eso nos permitió llevar productos básicos, juguetes, alimentos y ropa directamente al orfanato. Fue un momento muy emocionante”, cuenta Cristina.

 

La conexión con Senegal es parte de su historia familiar. Nicolás, originario del país africano, y Cristina, gallega, han unido no solo sus vidas, sino también sus culturas. “Este proyecto es una forma de honrar nuestras raíces y de enseñar a nuestro hijo lo importante que es ayudar a los demás. El nacimiento de Noah fue clave. Nos hizo pensar en qué mundo queremos para él, y nos dio fuerzas para poner en marcha algo que tenga un impacto real y humano”, explican.

 

Una de las salas del orfanato decorada con dibujos, fruto del intercambio cultural promovido por La Familia de Noah.
Una de las salas del orfanato decorada con dibujos, fruto del intercambio cultural promovido por La Familia de Noah. I CEDIDA

 

La misión de La Familia de Noah es generar un cambio desde la cercanía y la empatía. Con el respaldo de familiares, amigos, colaboraciones locales y entidades comprometidas con la acción social, organizan donaciones constantes y venden merchandising solidario -como bolsas de tela ilustradas con motivos senegaleses-. Han sumado el apoyo de artistas como la tatuadora Miriam (@grrimes.ttx), que colabora desinteresadamente con su arte. Además, cuentan con la colaboración de la Asociación Dignidad Galicia, que ha aportado material escolar que ellos mismos se encargan de hacer llegar directamente al orfanato.

 

Además, están desarrollando un proyecto de intercambio cultural entre un colegio gallego y el orfanato senegalés, en el que niños y niñas de ambos países podrán enviarse cartas y dibujos. “Queremos que también exista un intercambio de corazón, que se conozcan, que se escuchen, aunque estén a miles de kilómetros”, dicen.

 

Por ahora, el proyecto se sostiene gracias al esfuerzo personal de Cristina y Nicolás, quienes destinan parte de sus ingresos al desarrollo de esta labor. “Lo hacemos con mucho amor y total transparencia. Cada donación que recibimos a través de nuestras acciones se destina íntegramente al orfanato”, aseguran. A medio plazo, aspiran a formalizarse como asociación para ampliar su alcance, profesionalizar su labor y seguir trabajando desde la honestidad que los caracteriza.

 

 

“Para nosotros, ser familia es también esto: extender los brazos, crear comunidad, cuidar más allá de nuestras fronteras. La Familia de Noah no solo somos nosotros, sino también todas las personas que se han unido al camino. Porque familia es quien camina contigo, quien se implica, quien cree que un pequeño gesto puede cambiar muchas cosas”, añaden. 

 

Cualquier persona que quiera ayudar puede hacerlo: compartiendo su historia, colaborando en sus campañas o simplemente siguiéndolos en redes (@lafamiliadenoah), donde publican todas sus acciones. “Hay muchas formas de sumarse. No hace falta viajar a Senegal. A veces, un mensaje de apoyo, una idea o una mano tendida puede ser lo que más falta hace en ese momento”, añaden. 

 

La Familia de Noah sigue creciendo con cada gesto solidario. Y con ellos, la esperanza de construir un mundo donde ayudar no sea la excepción, sino una forma natural de ser familia.

La Familia de Noah: una historia real que cruza océanos para cuidar la infancia

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