Condenan a La Manada a nueve años de cárcel por abuso sexual y no por violación

Condenan a La Manada a nueve años de cárcel por abuso sexual y no por violación
Tras hacerse pública ayer la sentencia, se produjeron protestas ante el Palacio de Justicia de Pamplona | Villar López (efe)

La Audiencia de Navarra condenó a cada uno de los cinco jóvenes conocidos como La Manada a 9 años de cárcel por un delito continuado de abuso sexual con prevalimiento y no por agresión sexual, al no apreciar violencia, contra una joven en Pamplona durante los sanfermines de 2016.
La sentencia rebaja el delito penal solicitado al descartar el empleo por parte de los acusados de “violencia o intimidación que integran el concepto normativo de agresión”, y sí ver el subtipo agravado en el delito de abuso sexual. Nada mas hacerse pública la sentencia se han producido protestas ante el Palacio de Justicia de Pamplona, con gritos de “es violación, no es abuso” y forcejeos contra la policía. Las reacciones en contra de la sentencia por parte de numerosas organizaciones de mujeres se sucedieron.
Se les condena, además de a 9 años de prisión, al pago de un tercio de las costas procesales, se les impone una orden de alejamiento y prohibición de comunicación con la víctima por 15 años, y se les obliga a indemnizarle conjunta y solidariamente con 50.000 euros, mientras que deberán pagar 1.531 euros al Servicio Navarro de Salud por la atención sanitaria a la chica. También les condena a cinco años de libertad vigilada que cumplirán tras la pena privativa de libertad, de la que se descuenta el tiempo transcurrido en la cárcel, desde julio de 2016. Además a uno de los acusados, Antonio Manuel Guerrero, se le condena por un delito de hurto, por quedarse con el teléfono móvil de la chica, por lo que deberá pagar una multa de 900 euros.


Los cinco acusados, José Ángel Prenda, Jesús Escudero, Ángel Boza, el militar Alfonso Jesús Cabezuelo y el guardia civil Antonio Manuel Guerrero, en prisión desde julio de 2016, no asistieron a la lectura del fallo realizada en audiencia pública por el presidente del tribunal, José Francisco Cobo. La sentencia considera por tanto la comisión del delito continuado de abuso sexual con prevalimiento y acceso carnal, que rebaja el delito penal solicitado al descartar el empleo por los acusados de “violencia o intimidación que integran el concepto normativo de agresión”. En ella se reconoce como hechos “incontrovertidos” que la denunciante conoció al grupo de sevillanos y mantuvo relaciones sexuales con ellos, pero subraya que la “discrepancia” está en la voluntariedad o no de esas relaciones, consentidas según ellos y obligada, en inferioridad física y numérica, según la chica.

La joven, en su momento relató que fue introducida en un portal de viviendas sin conocer qué iba a suceder dentro. Se advierte de que la “peculiaridad” en este caso está en la existencia de varias pruebas gráficas, las fotografías y vídeos grabados por los acusados durante los actos sexuales, que analiza detenidamente aunque advierte de que son una “visión sesgada, parcial y fragmentaria del modo en que se desarrollaron los hechos”, “tomadas a conveniencia de los procesados”.
Sobre la declaración de la chica, la avala sus parámetros de “credibilidad subjetiva, objetiva y persistencia” y advierte de que la relaciones sexuales “se mantuvieron en un contexto subjetivo y objetivo de superioridad, configurado voluntariamente por los procesados, del que se prevalieron, de modo que las prácticas sexuales se realizaron sin la aquiescencia de la denunciante en el ejercicio de su libre voluntad autodeterminada, quien se vio así sometida a la actuación de aquellos”.

Protestas
Miles de personas participaron durante la tarde de ayer en las múltiples movilizaciones convocadas en de toda España en señal de repulsa a la sentencia.
Madrid, Barcelona, Valencia, Valladolid o Sevilla contaron con miles de personas en sus calles clamando contra el fallo de la Manada y en solidaridad con la víctima. Incluso en Bruselas se concentraron centenares de personas para mostrar su rechazo. Los asistentes a las movilizaciones, en su mayoría mujeres, portaban pancartas con lemas como “Tranquila, hermana, aquí esta tu manada”, “Yo sí te creo” o “No es abuso, es violación”.
En Barcelona, miles de personas abarrotaron la plaza de Sant Jaume. Los concentrados, entre los que se encontraba la alcaldesa Ada Colau y otros políticos como Ernest Maragall o Jenn Díaz, corearon consignas como “La manada somos nosotros”.

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