Los afectados por el accidente aéreo de Spanair reclaman la reapertura del caso

Los afectados por el accidente aéreo de Spanair reclaman la reapertura del caso
Depositan flores en memoria de las víctimas del accidente de Spanair ep

El vuelo JK5022 a las 14.45 horas de la tarde de un 20 de agosto de hace ocho años sufre un accidente al despegar en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Se cumplen ocho años del primer accidente mortal de Spanair, que se convirtió en el accidente de aviación más grave de España.
El avión, un MCDonnel Douglas MD-82, partía de Madrid a Las Palmas de Gran Canaria con 172 pasajeros, de los que tan solo sobrevivieron 18, y fallecieron 154. 146 víctimas fallecen inmediatamente, seis camino del hospital y otra tres días después del accidente.
La conmemoración de este octavo aniversario se celebró en Madrid y Canarias, organizada por la Asociación de Afectados del Vuelo KJ5022. Comenzó en Madrid a las once de la mañana en el Parque Juan Carlos I con una ofrenda floral en el monumento que recuerda a las víctimas.
A mediodía, las ofrendas florales se desarrollaron en la denominada Plaza de la Paloma de la Terminal 2, donde hay una placa en el olivo que se encuentra en la entrada de la misma terminal. Los familiares se trasladaron al punto en el que sucedió la tragedia para recitar poemas, depositaron flores y guardaron silencio en memoria y recuerdo de sus seres queridos.

nueva sentencia
Los afectados siguen reclamando justicia ocho años más tarde y ayuda a los partidos políticos para poder reabrir el caso. Esta semana, además de estar marcada por el recuerdo a las víctimas, se celebra la novedosa sentencia que ha resuelto incrementar la indemnización para, de momento, uno de los casos.
El siniestrado avión debía de haber despegado rumbo a las islas a las 13.00 hora local, pero el comandante avisó de que el avión presentaba una avería. El vuelo se aplazó y los técnicos de mantenimiento revisaron la aeronave. Regresó a pista con 12 toneladas de queroseno en el tanque, repleto de combustible. A las 12.45, al despegar, el avión giró a la derecha, siendo incapaz de mantener una velocidad aérea suficiente para evitar perder altitud, por lo que se estrelló en las inmediaciones de la pista, partiéndose en dos pedazos destrozados por la explosión que se produjo a continuación.
El avión, que había sido bautizado con el nombre de “Sunbreeze”, había sido entregado a Korean Air en noviembre de 1993 y alquilado por Spanair en 1999.

sensor
La compañía, tras la accidente, informó de que el piloto había intentado y abortado anteriormente la salida debido a un sensor que daba una temperatura excesiva en una toma de aire; sensor que supuestamente fue desactivado en tierra, lo que retrasó el vuelo más de una hora y terminó en tragedia.
El hecho de que el siniestro tuviese lugar prácticamente en el mismo aeropuerto hizo que los primeros en acudir al rescate fueran los empleados del propio Barajas, aunque el Plan de Emergencias, que depende de la comunidad de Madrid, fue activado por la llamada de dos ciudadanos que advirtieron del suceso antes de que se avisara desde el propio aeropuerto.
El siniestro tuvo una repercusión directa en la desaparición de la aerolínea en enero de 2012 por lo que se conoce como efecto “Rainman”, por el cual los pasajeros tienden a penalizar a las aerolíneas que tengan accidentes. Este efecto fue muy visible en el aeropuerto de Las Palmas, donde Spanair sufrió una caída de clientes del 29% tras el siniestro.
Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla) afirman que muchos de los fallos que dieron lugar a la tragedia siguen hoy presentes en la aviación y no se han corregido. Coinciden así con la Asociación de Afectados del Vuelo JK5022.
La Audiencia de Madrid archivó la causa penal y absolvió a los mecánicos de Spanair, que fueron los únicos imputados por el juez instructor. El tribunal consideró que fueron los pilotos –ambos fallecidos– los responsables del accidente por haber olvidado desplegar los flaps y los slats, dispositivos de las alas que ayudan a elevar el avión, con la fatal coincidencia de que el TOWS (una alarma) no sonó y no les avisó del olvido. Fallo cuyas causas no son determinadas claramente en ninguna de las investigaciones, y que lleva a las víctimas del vuelo siniestrado a solicitar amparo al Constitucional.
La Audiencia de Barcelona sentenció esta misma semana incrementar las indemnizaciones para los familiares de una de las víctimas.
Hasta el momento, los juzgados de Canarias, Madrid y Málaga habían aplicado los baremos de los siniestros de tráfico como modo de cálculo para las indemnizaciones que debía afrontar la aseguradora. Pero la Audiencia de Barcelona decidió aplicar la normativa vigente en la UE, que se apoya en el Convenio de Montreal.
Esta novedosa sentencia abre las puertas a más afectados para reclamar indemnizaciones más justas. La Asociación que aglutina a las víctimas del suceso busca que se haga justicia, que sus muertos no queden archivados en el cajón de un juzgado y que paguen penalmente los responsables del suceso, que en su opinión no fueron los pilotos, sino que estos fueron unas víctimas más de una cadena de errores que en su opinión no está resuelta. Durante la conmemoración del pasado año pidieron al Gobierno que “no cierren los ojos” ante su tragedia y solicitaron apoyo a los partidos políticos para reabrir el caso y depurar responsabilidades.

Los afectados por el accidente aéreo de Spanair reclaman la reapertura del caso

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