En una sociedad que cada vez vive más deprisa, cuidar de nuestros mayores con dignidad, conocimiento y cariño se ha vuelto una tarea compleja... pero vital. Cuando llega ese momento en el que una familia necesita ayuda -porque papá ya no se levanta como antes o mamá comienza a confundir fechas y rostros- no solo hace falta una solución práctica: hace falta tranquilidad. Y eso es precisamente lo que ofrece Wayalia A Coruña, una de las oficinas más reconocidas a nivel nacional en el ámbito del cuidado domiciliario.
Detrás de este trabajo hay una profesional apasionada: Miryam Fernández, directora de la oficina coruñesa, que no solo conoce el sector, sino que lo vive desde la cercanía. “Hoy en día necesitamos correr a todas partes. Parece que el día tiene solo 12 horas. Pero nuestros mayores no pueden esperar. Necesitan cuidados reales, humanos, inmediatos y seguros”, explica con la calma y la determinación de quien tiene el timón firme en medio de la tormenta.
Uno de los mayores malentendidos que detectan a diario en Wayalia es la confusión entre una gestoría tradicional y una agencia de colocación especializada. “Una gestoría puede hacer trámites administrativos, pero nosotros trabajamos con personas. Buscamos el mejor perfil, formamos a los cuidadores y asesoramos a las familias en todo lo que implica el régimen especial de empleadas del hogar”, aclara Miryam.
Ese detalle no es menor. De hecho, muchas veces los clientes llegan tras haber recibido asesoramiento erróneo o incompleto. “Nos encontramos con contratos mal hechos, sin estar adaptados a las normativas vigentes. Incluso cuidadores sin alta desde 2022. En Wayalia no jugamos con eso. Nosotros cumplimos con la normativa legal y protegemos tanto a las familias como a los profesionales”, subraya.
El servicio de Wayalia no se limita a encontrar a la persona adecuada para cuidar a un mayor. Abarca mucho más: formación, seguimiento, asistencia urgente (incluso en menos de 24 horas), y sobre todo, acompañamiento. “En una gestoría te llaman un minuto, te dicen lo que tienes que hacer y ya está. Nosotros estamos presentes en todo el proceso”, dice Miryam.
Y eso implica también cuidar lo invisible: los datos personales, la privacidad del hogar, el respeto a lo íntimo. “La privacidad es un bien intangible pero valiosísimo, sobre todo para nuestros mayores. Nuestros datos no se comercializan. No trabajamos con publicidad ni intermediarios. Todo es absolutamente confidencial”, añade la profesional.
Miryam lo tiene claro: para cuidar bien, hay que estar formado. “Hoy tenemos personas con demencia cada vez más jóvenes. Gente con 59 años, o incluso menos. Y no todo el mundo sabe cómo tratar a alguien con Alzheimer en fase 2 o 3. No se puede hablar con ellos como se habla con cualquiera. Hay que saber hacerlo”, añade.
Esa formación especializada es lo que marca la diferencia entre un cuidado doméstico improvisado y una atención profesional de calidad. “Un buen cuidador no solo acompaña: detecta síntomas, sabe cuándo hay una infección de orina, cómo actuar ante una úlcera o una traqueotomía. Y sobre todo, da dignidad”, afirma.
Y, como bien añade Miryam, la limpieza o la comida son solo una parte. Lo más importante es que la persona se sienta escuchada, respetada y atendida con el mismo cariño que le brindaría su propia familia. “La cama limpia es vital. La ventana, no. Nadie se quiere sentir sucio. Cuando ya no quieren asearse es precisamente cuando más presentes tenemos que estar”.
Wayalia A Coruña no solo cuida personas. También genera empleo de calidad. “Creamos una economía circular real. No hemos recibido subvenciones ni ayudas del Estado, pero generamos trabajo estable en el entorno. Y lo hacemos sin externalizar nada, sin intermediarios, sin publicidad invasiva. Simplemente haciendo las cosas bien”, explica.
Además, han demostrado una capacidad de respuesta extraordinaria. “A veces algo ocurre un viernes por la noche y el lunes ya está resuelto. Incluso el mismo día. Eso es posible porque tenemos una bolsa muy activa de profesionales cualificados. Y esa inmediatez aporta una tranquilidad inmensa a las familias”, añade.
Pero si algo define a Wayalia es su cercanía. “Aquí los clientes no son números. Nos llaman, nos explican su situación, sus preocupaciones, y ya casi formamos parte de su familia”, confiesa Miryam. Y no lo dice como eslogan: cada llamada, cada caso, cada persona, recibe un trato único.
Tanto es así que muchos de sus clientes repiten año tras año cuando vienen de vacaciones a Galicia, confiando nuevamente en ellos para el cuidado de sus mayores. “Julio, agosto y septiembre son nuestros meses más fuertes. Vienen de toda España. Algunos ya nos dicen: ‘Mi padre ha cambiado, pero sabemos que con vosotros va a estar bien’”, concluye.