Con la economía gallega en plena transformación y el avance imparable de lo digital, muchos directivos se preguntan cómo seguir creciendo sin dejar de lado sus responsabilidades. Para muchos, la clave está en formarse sin hacer una pausa en la actividad. El Executive MBA, o EMBA, ofrece justo eso: una manera efectiva de actualizar conocimientos y ganar visión estratégica mientras se sigue al frente del negocio.
No se trata de volver a clase como en la universidad ni de dejarlo todo para estudiar a tiempo completo un Máster en Dirección de Empresas. Un Executive MBA o EMBA es una formación avanzada en gestión empresarial diseñada para profesionales con experiencia que quieren avanzar en la jerarquía de una compañía o dar un giro en la trayectoria laboral.
Este tipo de formación va dirigida a perfiles con varios años de recorrido, en muchos casos con responsabilidad sobre equipos, proyectos o incluso al frente de una empresa.
A diferencia de un MBA que se imparte en universidades y orientado a jóvenes que inician su vida laboral, el Executive MBA se ofrece sobre todo en escuelas de negocios, con horarios no solo compatibles con la jornada profesional sino también con responsabilidades de orden personal y familiar. Clases en fines de semana, módulos intensivos y formatos híbridos permiten desarrollar nuevas competencias sin dejar el puesto de trabajo.
El plan de estudios no se centra en contenidos básicos de administración. Parte de un nivel intermedio de comprensión del funcionamiento empresarial y se orienta al desarrollo de habilidades directivas clave: liderazgo, estrategia, finanzas, marketing off y online, gestión de equipos o innovación. Más que teoría, el objetivo es adquirir técnicas herramientas útiles para tomar decisiones con criterio desde el primer mes de clase.
Los propios titulados EMBA reconocen que los programas están pensados para aplicar lo aprendido desde el primer día. Las escuelas de negocios adaptan el contenido a los retos actuales y futuros de la empresa: liderazgo transformador, análisis estratégico, toma de decisiones complejas o gestión del cambio. Todo con un enfoque práctico y orientado a resultados.
No se trata de acumular conocimientos teóricos, sino de entrenar la capacidad para dirigir equipos, planificar con visión de futuro y afrontar situaciones exigentes con mejor criterio y seguridad. El paso por el aula de un EMBA permite tomar distancia del día a día, analizar problemas reales y compartir soluciones con perfiles profesionales y directivos de distintos sectores.
Además del aprendizaje y de la credencial en el currículum, un EMBA favorece el contacto directo con otros profesionales que enriquecen la experiencia de aprendizaje tanto personal como laboralmente. Las dinámicas de trabajo en grupo, el desarrollo de proyectos de negocio y los debates entre los participantes permiten ampliar horizontes y crear vínculos útiles para el futuro laboral.
Optar por un Executive MBA exige compromiso. El esfuerzo de compaginar el estudio con una jornada laboral completa no es menor, pero los resultados, en muchos casos, hablan por sí solos y son medibles en un periodo corto de tiempo.
Los datos respaldan el impacto de esta formación considerada como un trampolín para lograr puestos de alta dirección. En España, la mayoría de los titulados EMBA logra mejorar condiciones laborales en menos de seis meses. No es raro ver ascensos, ofertas en nuevos sectores o aumentos salariales de entre un 20 % y un 30 % después de completar el programa.
Más allá de cifras, el salto se nota en la confianza con la que se toman decisiones complejas, en la capacidad para liderar con criterio y en la visión más amplia del negocio. La formación ayuda a pensar de forma estratégica y a defender propuestas con más fundamento, algo que pesa cada vez con mayor rigor en los comités de dirección.
En sectores como el industrial, el tecnológico o el logístico —con fuerte presencia en Galicia—, este tipo de formación aporta una ventaja clara a la hora de elegir perfiles directivos. De hecho, el EMBA figura en el historial académico de un alto porcentaje de ejecutivos y responsables de las principales empresas.
La utilidad de un EMBA no se mide solo en cifras. También cambia la forma de pensar, de analizar problemas y de liderar. Así lo destacan varios referentes del ámbito empresarial y académico.
Nick van Dam, responsable del área de aprendizaje y talento en IE University, lo resume con una metáfora clara: “Mientras los programas internos de empresa se parecen a una descarga rápida, un EMBA es como actualizar el sistema operativo completo. Cambia la manera de actuar y permite ver los retos con otros ojos”.
Un participante en el Executive MBA, en Galicia Business School cuenta: “Como emprendedor ha sido una píldora contra el miedo, la ansiedad y la inseguridad. He descubierto cómo gestionar las dificultades diferenciando más claramente entre lo importante y lo urgente”.
Los testimonios de titulados reflejan el valor real de un EMBA: una formación exigente que cambia la forma de ver la empresa y permite afrontar los retos diarios con más seguridad y método, gracias a una comprensión amplia del entorno empresarial.
Dónde estudiar un EMBA España ofrece programas EMBA entre los más reconocidos de Europa, tanto por su nivel académico como por la red de contactos que generan. Destacan el programa de IESE, con una duración de 18 meses y un precio cercano a los 83.000 euros; el de ESADE, que se extiende durante 20 meses con sesiones presenciales y trabajo autónomo, por unos 71.600 euros; y el EMBA de IE Business School, que ofrece varias modalidades y duraciones, desde 11 hasta 20 meses, con clases semanales o mensuales y precios en torno a los 80.000 euros.
En Galicia también existen opciones potentes, adaptadas al tejido empresarial de la comunidad y con formatos compatibles con la jornada laboral. Galicia Business School imparte un Executive MBA en modalidad presencial u online, con clases los viernes y sábados, y un precio que ronda los 13.000 euros. El programa destaca por su enfoque práctico, el uso de casos reales y la participación de altos directivos en activo.
Otra alternativa es la Universidad Intercontinental de la Empresa, con campus en Vigo, que ofrece un Executive Master in Business de ocho meses de duración, con clases en fin de semana y estancias internacionales en Oporto y Londres. Este máster forma parte del ecosistema empresarial del norte peninsular, con una sólida vinculación con compañías gallegas.
También puede cursarse un Executive MBA en EF Business School, con sede en Oleiros (A Coruña), un programa de orientación ejecutiva, clases presenciales en fin de semana y un enfoque centrado en la dirección general. Completan la oferta centros como IFFE Business School o algunas universidades públicas que ofrecen MBA en modalidad semipresencial, orientados a profesionales en activo.
Un Executive MBA no garantiza un ascenso inmediato ni soluciona todos los retos de gestión, pero ofrece herramientas reales para avanzar con paso firme en cualquier entorno de trabajo. La formación aglutina lo necesario para tomar decisiones con más criterio, liderar con mayor seguridad y ampliar horizontes profesionales.
En un momento en el que muchas empresas gallegas están revisando estrategias y buscando posibilidades de crecimiento dentro y fuera del país, contar con directivos preparados marca la diferencia. Apostar por prepararse con un EMBA no es solo una decisión para crecer a nivel profesional, también es una manera de reforzar la competitividad del tejido empresarial gallego