Puntos de vista

Hace un par de años, Josu Erkoreka era portavoz del Gobierno Vasco, es decir, que lo que opinaba se supone que era la opinión del PNV. Y, cuando detuvieron a José Antonio López Ruiz, “Kubati”, se mostró sorprendido, porque la Guardia Civil le acusaba de exaltación al terrorismo, y, según el portavoz del PNV, la organización de homenajes a los etarras que salían de la cárcel no eran motivo para una detención.


José Antonio López Ruiz, de apellidos tan españoles y castellanos, sintió la necesidad de ser un valiente gudari para salvar a Euskadi del yugo español, y fue un gudari de gran arrojo, con algunas hazañas como la de asesinar a una antigua compañera suya, Dolores Gonzalez Catarain, Yoyes, cuando paseaba con su hijo de tres años.


El delito que habría cometido Yoyes había sido abandonar la banda y marcharse a Méjico. Cuando, a la llegada de la Transición, se proclamó la Ley de Amnistía, y ya no había cargos contra ella, decidió volver a su tierra. A los dirigentes de ETA la presencia de Yoyes les perturbaba, porque podía incitar a otros miembros de la banda a marcharse, y cuando llevaba años desvinculada de la banda, la acusaron de traición para que el horrible crimen tuviera alguna justificación, y le ordenaron a Kubati que terminara con la vida de la mujer, cosa que el valiente Kubati cumplió, sin que le diera miedo el hijo de tres años que acompañaba a su madre. Lo de la justificación de pegarle unos tiros a una persona y matarla, en otros ambientes es imposible, pero en la sociedad vasca los puntos de vista parecen diferentes.


Ahora Kubati ha evolucionado, y de organizador de homenajes a los asesinos que salen de la cárcel, ha pasado a recadero del Ministerio de Interior, según las últimas investigaciones de la Guardia Civil. Parece que el ministro de Interior también tiene puntos de vista que en otros gobiernos de Europa serían imposibles de sostener.


También sería imposible que un antiguo secuestrador como Otegi fuera dirigente de un partido político, porque el secuestro es muy difícil de admitir. Y no creo que en Francia, en Alemania, en Italia o Dinamarca, hubiera dirigentes políticos que hubieran sido condenados por secuestrar seres humanos, ni asesinos que colaboraran con el Ministerio de Interior. Pero nuestro Gobierno, y el PNV que le ayuda en las votaciones en el Congreso, se ve que tienen... otro punto de vista.

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