Los amigos que nos reunimos en la Estrella Galicia hemos estrenado esta semana un pizarrín para llevar la cuenta con una tiza de las cañas que entran y salen. Es un grupo de amigos variopinto y peculiar entre los que se encuentran físicos, farmacéuticos, odontólogos, funcionarios y hasta algún batería. El grupo tiene un sistema de tarifas que sirve para hacer al año un par de comilonas bastante majas con excursión y minibús incluidos. Y como es un grupo variable necesita cuadrar cada jornada de cañas de la forma más exacta posible. De todos es sabido que tomas una Estrella y luego vienen mas, es un proceso que lleva a la locuacidad, el canto y la exaltación, así que la tiza se usa varias veces para marcar las consumiciones.
La historia de la pizarrita es simple: mi síndrome de Diógenes me lleva a coger cosas variopintas por la calle. Un bar cerró y abandonó a su suerte a la pizarra publicitaria de Cinzano, con ese gusto por el diseño que tienen los italianos. “Es cuca, pequeña y en perfecto estado, no se puede quedar aquí”, me dije y como un perrito rescatado, ahora tiene una nueva vida.
También podía haber servido la pizarrita para numerar los escándalos que azotan estos días al gobierno de este nuestro país. Entró la UCO en la sede del Partido Socialista, como en su momento entró la policía en la sede del Partido Popular. Hay algo que huele a podrido pero no está Hamlet para arreglarlo. Aunque si lo pienso bien en la pizarra pueden caber las cañas que nos tomamos los del grupo cervecero, los escándalos necesitarían uno de esos corchos policiales de las películas de crímenes americanas, con sus hilos de colores y sus fotos.
Y en el medio de todo se encuentra José Luis Ábalos. “Jooose, ábrenos, que somos nosotras”, que diría el mítico Tojeiro, nuestro mito de Cariño. “En cuanto entraron, el saludo, ya amoroso”. En cuanto entró la UCO en su vivienda valenciana, el saludo amoroso lo otorgó Anaïs, la actriz porno que le baja al perro y le limpia la casa. Anaïs llevaba escondido un disco duro del exministro en sus partes íntimas, una jugada maestra digna de un cómic de Ibáñez o una película de Berlanga. En ese disco duro interceptado por nuestros héroes de mangas verdes dicen que se encuentran conversaciones con el number one, con Pedro el guapo. Pedro estos días anda doliente, se maquilla demasiado, no difumina, marca pómulo como un siux en pie de guerra. Me lo imagino releyendo su ‘Manual de resistencia’ y saltándose los párrafos en donde nombra a Koldo, ese señor del que usted me habla, y lo pone por las nubes como su garante caballero del Rey Arturo defendiendo los avales que le caían del cielo como maná en el desierto. A Pedro lo han aplaudido en el Congreso. A Ábalos también le aplaudieron. El aplauso atronador de ‘La venganza de los Sith’ o algo así. El Congreso ya no es lo que era cuando entró Tejero y Suárez y Gutiérrez Mellado quedaron en pie ante los disparos del golpista. Si entrase ahora vería a diputados jugando al Candy Crash, liando cigarros, viendo vídeos de golosas, a alguna con los pies encima de la mesa y muchos aplaudiendo a corruptos. A ver si alguien se pregunta ahora el porqué de usar mascarillas inservibles durante meses y meses durante la pandemia.
El pueblo asiste asombrado al desfile de corruptelas una vez más, mientras la pizarra mental va anotando como puede las noticias que se acumulan. Mientras escribo esto leo que quieren descabezar a la UCO. ¿Será verdad? ¿Será un rumor? Pronto lo sabremos. La caja de Pandora de las noticias no nos va a defraudar.