El hombre que es de varios sitios

Hay personas a las que le gusta reconocerse como ciudadanas del mundo, pero Pablo Casado es más modesto y prefiere ser únicamente de varios sitios, y, eso sí, sólo de sitios de Castilla y León. En la delirante campaña electoral que está haciendo en la fantástica tierra de Padilla, Bravo y Maldonado, que no sólo parece que es él quien se presenta y no Mañueco, sino que así es de alguna manera, el todavía líder del Partido Popular ha revelado esa singular ubicuidad de orígen: que el mítin es en León, pues dice que él es de León; que el acto es en Ávila, pues de Ávila; que en Palencia, pues de Palencia de toda la vida, aunque en éste último caso la partida de nacimiento confirma su aseveración.


Uno envidia en secreto a Pablo Casado por el coraje que le echa, pues uno, que también se siente de muchos sitios, de todos en los que le han tratado bien, no se atreve a decir que es de allí. Uno es de Madrid, que es como no ser de ningún sitio, y se tiene que conformar con eso, pero Pablo Casado no, no se conforma, y es de Ávila, de Palencia, de León y de más sitios probablemente. Ahora bien; uno sólo puede envidiarle por esa facilidad para ser de aquí y de allí, tanta facilidad que incluso se ha puesto una chapa en la solapa de la americana con la frase “Soy de pueblo”. Así, en genérico, un poco como si fuera de todos los pueblos. De Castilla y León, naturalmente.


Podría envidiarle por más cosas, pero Pablo Casado lo pone muy difícil, imposible. Algo atropellado de suyo, en ésta campaña parece completamente desatado, y no se ha conformado con ir de granja en granja, ora de cochinos, ora de vacas, y de confundir las extensivas con las intensivas, y de comerse un chuletón de ternera gallega en Ávila, y de posar delante de ristras de jamones, sino que ha ido salpimentando su gira agropecuaria con declaraciones tremebundas, aunque saliendo de él, tampoco es que hagan ya demasiado efecto: que si el Gobierno es Drácula y que a quien se le acerca lo convierte en zombi, no en vampiro, en zombi, que si la remolacha ha sido vilmente ultrajada, que si los nuevos partidos de la España vaciada son como los separatistas, que si el presidente Sánchez es tóxico y tramposo, que si Meritxel Batet prevarica o que Rodríguez Zapatero es el comisionista de Maduro.


Uno cree que Pablo Casado, el hombre que es de varios sitios, dice esas cosas porque teme quedarse sin ninguno, particularmente sin el que se ubica en la calle de Génova, y echa mano de todo el trumpismo y del ayusismo que puede. Vendió en Ávila, en León, en Palencia, la piel del oso antes de cazarlo, y no le llega la camisa al cuerpo ni, lo que es más grave, la sensatez a los labios.

El hombre que es de varios sitios

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