El Gobierno, en brazos del sector privado

El Gobierno lleva meses mareando la perdiz. Desde que los precios de la energía se desbocaron y la inflación comenzó a ser altamente preocupante, poco ha hecho para mitigar sus efectos en empresas y hogares. Un mes después del inicio de la invasión rusa de Ucrania, seguimos igual. Pero con un agravante. Distintos sectores vitales para la marcha de un país han dicho basta ya y se han lanzado a paros o manifestaciones. La ola de indignación se ha extendido y ya nadie cree que el Gobierno sea capaz de superar con éxito esta nueva prueba. A pocas horas de esa fecha mágica del 29 de marzo, poco sabemos de las pretensiones de Pedro Sánchez, aunque si conocemos ya que este lunes se reúne con el Ibex para hacerse una de esas fotos que tanto le gustan al presidente. Eso sí, a estas alturas, no han logrado convencer a la plataforma convocante del paro del transporte, ese que no iba a afectar porque eran una pandilla de fachas sin poder de convocatoria.


Sí parece que España y Portugal han logrado luz verde para actuar sobre los precios de la energía. Habrá que ver en qué se concreta y a qué plazo. La realidad es que empresas y familias no aguantan más y las decisiones, como ya han hecho otros países europeos, tienen que ser para ya. Una de las excusas del Gobierno para esta inacción es que no hay dinero. Sin embargo, los ciudadanos ven cada día cómo se gastan millones de euros en cosas que realmente no son necesarias, como los 400 euros para ocio de los jóvenes de 18 años. También se extiende entre los ciudadanos la idea de que se deben y se pueden reducir gastos, una acción que parece impensable conociendo la esencia de este gobierno ideologizado y derrochador.


Llegados a este punto, Sánchez ha llamado a la puerta del sector privado. Eléctricas y petroleras acabarán pagando la ineficacia y negligencia del gobierno, además, por supuesto, de las empresas en general, a las que, según lo que los ministros van declarando, se les prohibirá despedir o bajar el sueldo o repartir dividendos y solicitar nuevos ICO sabiendo que no pueden pagar ni los anteriores. Miles de empresas volverán a estar, ya lo están muchas, en el filo de la navaja y miles de trabajadores volverán a engrosar las listas del paro o del ERTE. El Gobierno puede y debe bajar ya los impuestos, como han hecho algunos de sus socios y dar un alivio a las cuentas de empresas y hogares. No hay excusa, sólo sectarismo e imprudencia con la deuda y el déficit. En todo caso, hay dinero extra en la caja. Los ciudadanos sólo piden que se lo devuelvan.

El Gobierno, en brazos del sector privado

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