Destrucción

La actual situación de España, es de un acoso y derribo constante por parte de los españoles o al menos, una parte de ellos que aspiran a acabar con España, no es algo nuevo y esto se viene repitiendo desde inicios del siglo XIX, en la época más angustiosa de nuestra contienda napoleónica y donde surge una nueva corriente liberal frente al absolutismo. No fue una lucha de todos unidos contra el pérfido invasor, ni mucho menos, había dos corrientes antagónicas, la realista de las prebendas históricas, en la cual se aglutinaba el poder feudal y el eclesial, cuyos miembros veían peligrar sus ancestros privilegios con la llegada de los franceses. Pero esto es otra historia.


Lo que nos interesa es como en la actualidad se rivaliza por liquidar España, una nación milenaria en la que los fenicios la conocían como Spanya y los romanos la bautizan como Hispania, nombre que pervive hoy en día como España, desde hace más de dos mil años.


Lo cierto que con la mezcla de los pueblos invasores a lo largo de los tiempos, la mezcla de razas condujo a este país a un punto de inflexión curioso del enfrentamiento que se lleva a cabo desde el año 1812, justo el de la aprobación de la primera Constitución Española el día 19 de marzo y conocida por el populacho como “La Pepa”.


Hay que partir de ese punto de referencia, en el momento que los liberales logran su triunfo de establecer una constitución política, el caso que en su recorrido, mudó el formato ideario y pasó a ser con el tiempo y las trifulcas que se organizan un rosario de circunstancias adversas, donde se mezcla el ideario local y el regional, el federalismo y el cantonalismo, en medio de tres guerras carlistas y numerosas asonadas y golpes de Estado.


Que todo ello conforma una mezcla de lo que hoy estamos viviendo y que arranca posteriormente en los prolegómenos de la II República y que en estos tiempos muchos se amparan en su sedición para clamar por otra venidera que será la tercera.


Ahí radica la lucha política del momento, que arranca del periodo de 1975 con la muerte del anterior Jefe del Estado y cuya forma de gobierno queda instituida por las Leyes Fundamentales en el Reino de España, cuyo primer soberano será Juan Carlos I.


La división entre las facciones extremas de la izquierda radical, no comulga con la Constitución de 1978, aprobada por amplia mayoría por el pueblo español y está llevando un pulso con el Gobierno muy crítico que puede acabar mal.


De hecho desde 1812 se fustiga por acabar con España y esta renace de sus cenizas, puede que dentro de 50 años, todo siga igual, tramando la ruptura de España y siga como en la actualidad, los complots políticos son numerosos aunque no acaban de cuajar, debido a que tienen muchas grietas, Cataluña quiere separarse de España y si España, decide apartar a Cataluña de su territorio y absorberlo, dividiendo el mismo en otras comunidades vecinas y quitando todas las prebendas de que ahora disfrutan los catalanes, quizás sería un punto de inflexión entre los deseos de unos y las apetencias de los otros.


Lo mismo sucede con los partidos de nuevo cuño, con una legislación diferente y acatando la Constitución como está aprobada, sino excluidos políticamente.

Destrucción

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