A la deriva

La cumbre de la OTAN en Madrid estaba llamada a ser un luz en la senda sombría de Pedro Sánchez hacia una nuevo mandato en el Palacio de la Moncloa. Pero la esquizofrenia del Ejecutivo, con una parte en la organización del evento y otra en la protesta contra el evento, se suma a una serie encadenada de errores políticos que contradicen el mantra de su capacidad para sobreponerse a cualquier situación.


No solo es la OTAN y la mala imagen internacional de un Gobierno partido en dos. Hablo de los errores encadenados que han convertido a Sánchez en el rigor de las desdichas. Y es lo que permite sostener que es un personaje a la deriva. Como si todo conspirase para hacerle la vida imposible. O para darle una ocasión diaria de meter la pata. Es muy difícil argumentar en en defensa de un Gobierno preocupado por la provisionalidad del Consejo General del Poder Judicial, cuando toma una decisión y la decisión contraria en el espacio de pocos meses, sin apearse como único argumento de sus acusaciones a un PP incumplidor y obstruccionista.


Lo del volantazo en el conflicto saharaui no ha traído más que desgracias. ¿Cómo pasar por alto el discurso obsequioso de Moncloa con el Reino de Marruecos después de lo ocurrido en la valla de Melilla hace unos días? Y ahí sí que no puede derivar responsabilidades porque, como es bien sabido, el origen de todo es una decisión personalísima de Sánchez.


Desde entonces ha mejorado notablemente el clima en las relaciones hispano-marroquíes. Normal. España ya ha tomado partido en favor de las tesis marroquíes en el asunto del Sahara. Pero el precio que pagamos por tener a un vecino implacable con los migrantes que quieren venir a esta parte del mundo, por ejemplo, es insufrible.La cadena es larga. Tendríamos que remontarnos al fiasco andaluz y los fallidos intentos de sobreponerse al fracaso con medidas económicas y sociales que al Gobierno ya no le cunden. Por ahí va la bajada del IVA en la factura de la luz, o las ayudas a los más vulnerables.


Quiero decir que son medidas acertadas, pero que ya no van al haber del Gobierno porque ha perdido credibilidad a chorros. Es más, los analistas castigan a Sánchez recordando que eso ya lo propuso el PP y no se le hizo ningún caso.


Y el PP no deja de rentabilizarlo. De hecho, su nuevo líder, Núñez Feijóo está viviendo del discurso propositivo que consiste en sugerir medidas concretas al Gobierno. Con éxito desigual, porque siguen pendientes las respuestas de Moncloa a las iniciativas del PP. A saber: ajustar el IRPF a rentas medias y bajas, reducir los gastos superfluos de la Administración y racionalizar el uso de los fondos europeos para la recuperación económica.  

A la deriva

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