Bajamos la persiana

Pero tranquilos que es algo provisional y dejo, además, un espía en el balcón para hacer cuentas allá por cuando hace más calor.

A lo mejor ya no hay guerra por allá arriba y baja la inflación y sube el Depor y hay un pacto entre los políticos gallegos para mejorar el ambiente que nos rodea. Parece ser que el heredero de Feijóo inicia su mandato como es natural: con sus rivales políticos para encontrar asuntos de interés común por encima de colores y programas. No echaremos del ex empeñado en una guerra que le hacía olvida urgentes batallas como la sanidad, la educación, la dependencia tal como se puede consultar en eso que se titula plan de inversiones que en el último ejercicio, con don Alberto gobernando, se encuentran recortes de importancia tapados por la publicidad oficial que se enfrenta, y pierde, con aquel eslogan de “donde no hay publicidad resplandece la verdad”.

Y lo que es verdad es que el PP, el de Génova, sigue con las mañas: y ahí estamos a la esperar de que la derecha acepte cambiar el Consejo del Poder Judicial que está fuera de juego y tiene encima al árbitro levantando tarjeta roja.

Hay datos para el optimismo? Pues los datos que ya conoce el nuevo jefe del ejecutivo gallego y le hacen prometer medidas urgentes.

Acerquémonos al Senado que es el nuevo hábitat de don Alberto que se estrenó con un discurso sobre la situación de España ¿? que amén de parecerse poco a la realidad, dejó varios titulares que ya han sido refutado por ilustres economistas. Pedía aumentar el déficit después de criticarlo. PP en cuerpo presente pues ya su colega Rajoy nos dijo que nadie pagaba las deudas que nos dejó… y ya sabemos lo que pasó y quien la pagamos.

Y hablando de dinero: el gobierno central dejó sin gastar un diez por ciento del presupuesto que desde Madrid habían previsto, lo que deja en mal lugar al señor Sánchez y sus colegas en Moncloa y aquí a los políticos de la Xunta por no presentar sus quejas en los organismos correspondientes. También es digno de crítica la postura del ejecutivo de Feijóo de no pedir más autonomía y por tanto más dinero y más poder. Esperemos que, pasados estos calores, encontremos buenas nuevas al abrir a la vuelta del calendario este balcón dando buenas nuevas.

Bajamos la persiana

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