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miércoles | 17 abril | 2024
El Ejército de Sudán aceptó prorrogar por 72 horas más la tregua que expiraba ayer, después de que el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) anunciara su adhesión al acuerdo, propuesto por EEUU y Arabia Saudí, y tras las presiones de Naciones Unidas (ONU).
“A petición de la mediación saudí-norteamericana, las Fuerzas Armadas han acordado extender la tregua por 72 horas, que comenzará a partir del final del período de armisticio actual”, anunció el Ejército. Después de que todos los intentos de alto el fuego fracasasen, deseó que los paramilitares “se adhieran a los requisitos para implementar la tregua” y afirmó su “plena disposición” a respetar el armisticio.
Las FAR anunciaron anteriormente que se adherían a la propuesta de ampliar la tregua, la tercera de 72 horas desde que se anunció la primera, el pasado día 24, que aunque no supuso una pausa en los combates sí sirvió para evacuar a los extranjeros y para que los sudaneses se desplazasen a zonas más seguras.
También permitió que el primer cargamento de ayuda y personal humanitario, suministrado por el Comité Internacional de la Cruz Roja, llegara ayer a Sudán con el objetivo prioritario de reabastecer de material médico y quirúrgico a los hospitales.
La confirmación del Ejército llegó pocos minutos después de que el Mecanismo Trilateral de Sudán –integrado por la ONU, la Unión Africana y la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo en África Oriental– pidieran a ambos bandos que aceptasen esta nueva prórroga. Esta ampliación de la tregua, según el mecanismo, “allanaría el camino para conversaciones entre las partes hacia el cese permanente de las hostilidades”.
Los combates estallaron el pasado día 15, en medio de tensiones sobre la reforma del Ejército y la integración de los paramilitares en las fuerzas regulares, en el marco de un proceso político para encauzar al país en la senda democrática tras el golpe de Estado de 2021.
La violencia provocó que la mayoría de hospitales en las zonas de choques quedasen fuera de servicio, escasez de productos básicos y el desplazamiento de miles de ciudadanos. Al menos 528 personas fallecieron y más de 4.500 resultaron heridas desde el inicio de los combates, según el Ministerio de Salud sudanés.
