Detrás del funcionamiento y de los textos, imágenes y distintos tipos de contenidos que producen las herramientas de Inteligencia Artificial (IA), existe un trabajo de desarrollo y prueba de los sistemas, en la que se especializan los ‘prompt engineers’. Herramientas como ChatGPT o Bard son muy hábiles en la simulación del lenguaje natural y se utilizan para programar ‘chatbots’ (programa informáticos que conversan con el usuario) o generar textos o gráficos con una calidad casi equiparable a lograda con habilidades humanas. “Estas tecnologías no aprenden ni trabajan de manera autónoma y detrás de su funcionamiento y de los contenidos que generan, subyace el arduo trabajo de los especialistas en formular solicitudes para que la IA responda y genere resultados, los ‘prompt engineers’”, explica Javier Recuenco, experto en IA en IMMUNE.
Un ‘prompt’ es un mensaje o texto que sirve para expresar una petición a una IA, como ChatGPT, Writesonic o Dall-e, que crean contenidos o mantienen conversaciones con un usuario, o comunicarse con un asistente virtual como Alexa, de modo que la IA lo entienda y entregue el mejor resultado posible. Un ‘prompt engineer’ o ‘ingeniero de prompts o peticiones’ se especializa en diseñar y aplicar ‘prompts’, o instrucciones para sistemas de IA conversacional, que sean efectivos y permitan una interacción y comunicación amigables para el usuario, explican desde el centro U-Tad (https://u-tad.com).
Este tipo de ingeniería, que consiste básicamente en encontrar la mejor manera de pedirle cosas a la IA para que ofrezca el mejor resultado, incluye el diseño y desarrollo de comandos, la creación de preguntas frecuentes (FAQ), el establecimiento de reglas de conversación y la elaboración de guías de estilo, para optimizar “el diálogo digital entre el ser humano y la máquina. “El objetivo de estos ingenieros es aprender a hablar con la inteligencia artificial, a través de los ‘prompts’, que son instrucciones que le damos al sistema de IA, como un modelo de lenguaje, para generar una respuesta”, explica Agustín Cuenca, experto en
aprendizaje colaborativo basado en la neurociencia.
Por esa razón, los consejos que ofrecen estos profesionales para aprender a hablar con ChatGPT o Bard, y para poder sacarle el máximo partido a la IA en general, son especialmente útiles:
1. Preguntar con claridad.
Cuanto más clara y definida sea la pregunta, más fácil será para el sistema de IA proporcionarle una respuesta útil y precisa. Hay que evitar las interrogaciones ambiguas e intentar ser lo más concreto y detallado posible.
2. Proporcionar información de contexto.
Si la pregunta o solicitud a la IA depende del contexto, es importante proporcionarle información relevante sobre dicho entorno físico o de situación. Esto ayudará a las herramientas a entender mejor aquello que se le solicita o consulta y a ofrecer una respuesta más adecuada. El contexto adecuado para la conversación, incluye información relevante, referencias anteriores o las expectativas del usuario.
3. Dividir las preguntas complejas.
Cuando se formula una pregunta compleja, se recomienda dividirla en partes más pequeñas, ya que esta división facilita el procesamiento y la respuesta a cada componente de la pregunta, evitando confusiones.
4. Especificar el formato de respuesta
Cuando existen preferencias sobre el formato de la respuesta que se desea, (por ejemplo: un resumen, una lista de consejos o una explicación de tono coloquial), se le debe indicar este requisito a la IA, para que pueda adaptarse a las necesidades de quien solicita la información”, recomienda el especialista.
5. Revisar, ajustar y volver a intentarlo.
Después de recibir una respuesta de la IA, es necesario tomarse un tiempo para revisarla y, si fuera necesario, proporcionar aclaraciones adicionales o ajustar la pregunta para obtener una respuesta más precisa, ya que esto ayudará al sistema a aprender y
le permitirá ser más preciso las próximas veces. Evaluar la calidad y coherencia de las respuestas de la IA y aportarle comentarios constructivos, ayuda a mejorar su rendimiento y evitar errores, y también sesgos, como los de género.
6. Utilizar un lenguaje sencillo.
Es necesario expresarse y comunicarse con la IA mediante un lenguaje claro, preciso y natural, evitando ambigüedades, jergas o ironías que puedan confundirla.
7. Probar diferentes estilos y formatos.
Desde IMMUNE sugieren “experimentar con distintos tipos ‘prompts’ o instrucciones, como preguntas, afirmaciones, sugerencias o ejemplos, para poder encontrar el que mejor se ajuste al objetivo y al tono de la conversación”.