Desde ayer, día 10 de julio, un nuevo aroma envuelve la calle de la Franja. Se trata de Entre Fogones, un local de comida casera para llevar que apuesta por una cocina hecha “sin prisas”, con mimo, técnica y sabor. Detrás del proyecto está el hostelero Adrián Hermida, conocido por ser el impulsor de dos coctelerías de la zona, Cruel e Infame, que ahora amplía su propuesta gastronómica con un concepto totalmente diferente: el de llevar la cocina de restaurante... al tupper.
“Ya teníamos en mente desde hace tiempo abrir algo relacionado con comida. En nuestros locales solían salir muchos eventos, cumpleaños, celebraciones... y siempre teníamos que externalizar la comida. Así que nos planteamos hacerla nosotros mismos”, cuenta Adrián.
La idea fue tomando forma hasta convertirse en un proyecto familiar, en el que Adrián se rodea de confianza y experiencia: su madre, Loli Caínzos, y Rubén Vázquez, dos cocineros con una gran trayectoria. Un trío bien compenetrado que ha conseguido que la comida tradicional tenga un nuevo hogar, esta vez para llevar... o para comer allí mismo, en alguna de las tres mesitas del local.
“Uno de los motivos que me animó también fue poder ofrecerle a mi madre una forma de seguir cocinando, pero con una mejor calidad de vida. Ya se sabe que en hostelería los turnos partidos son duros. Aquí trabajamos solo de mañana, y eso se nota”, explica Adrián.
La propuesta de Entre Fogones se basa en cocina casera con base clásica, pero utilizando técnicas de restauración como la cocción a baja temperatura o la reducción lenta de salsas. “La idea era acercar una comida de calidad a todo el mundo, a un precio asequible. Porque no todo el mundo tiene tiempo -ni presupuesto- para comer en un restaurante todos los días, pero sí merece comer bien”, afirma Adrián.
En su vitrina desfilan platos que cambian a diario y que podrían formar parte de cualquier menú familiar gallego: jamón asado, costilla en salsa, callos, albóndigas, moussaka, empanada casera, ensaladilla, lentejas, crema de calabaza, carrilleras, rabo de toro... y muchos platos más. Todo hecho desde cero: ni salsas industriales ni preparados, todo cocinado desde la base con ingredientes frescos.
“Hacemos la compra cada mañana en la Plaza de Abastos, que tenemos muy cerca, en San Agustín. Según lo que encontremos, elaboramos el menú del día. No hay carta fija, eso también ayuda a que quien venga con frecuencia no se canse”, explica.
Entre Fogones está abierto de lunes a sábado, de 9:30 a 15:30 horas. Su propuesta es clara: comida casera, bien hecha, accesible y pensada para quienes no tienen tiempo, pero no quieren renunciar al sabor. “La cocina que hacemos es de verdad. Con cariño y sin prisa. Para que cualquiera pueda disfrutar de un buen plato, aunque no tenga tiempo, aunque coma solo. Porque comer bien no debería ser un lujo”, resume Adrián.