El pasado 23 de julio abrió en A Coruña el restaurante Gunnen, palabra que en holandés significa “alegría compartida”. Eso, más que limitarse a ser solo su nombre, es la esencia de este local, su definición propia. Se encuentra situado en la calle Juan Díaz Porlier de Matogrande y, desde que ha abierto, las personas que han acudido a este restaurante han podido disfrutar de una experiencia gastronómica como ninguna otra.
El proyecto emprendedor de Gunnen se encuentra impulsado por tres socios, La Familia Gastro S.L., quienes ya trabajaban juntos anteriormente con otras iniciativas culinarias. Habían comenzado inicialmente con una fábrica de industria alimentaria en La Grela, en una nave que llega hasta los mil metros cuadrados. Desde hace ya un año tienen ahí instalada su cocina propia en la cual hacen sus elaboraciones culinarias y proyectos vinculados a la gastronomía. De hecho, anteriormente habían comprado la empresa Tempeh Xebre, especializada en el tempeh de soja y garbanzo. A este se le llamó Gunnen, el restaurante gastronómico que termina de formar la matriz de estos tres socios: Joaquín González Iglesias, Iván Quiroga y Chechu Rey.
“Tres socios, tres mesas, tres menús y tres personas trabajando en Gunnen. Todo tres”, nos puntúa Chechu Rey, coronando el número tres como el de la buena suerte de La Familia Gastro S.L. Ahora bien, Gunnen nace con el concepto de restaurante gastronómico donde cada una de las personas que se acercan al local reciben atención muy personalizada. Los tres socios quieren alcanzar la máxima excelencia del gremio, por lo que cuentan con una cocina de autor y apoyan los productos y proveedores locales.
“Nosotros somos conscientes de que somos el último eslabón de la cadena alimentaria: desde el producto en su matriz, pasando por la huerta o la pesca, hasta el cliente final”, sigue hablando Chechu Rey, explicándonos por qué quieren mantener el producto cuidado al 100%, procurando que sea siempre de temporada y de proximidad.
Ahora, llevando algo más de un mes abierto han podido examinar con más cuidado esta vanguardista propuesta gastronómica y cómo se ha ido adaptando al panorama culinario de A Coruña. Chechu Rey menciona que, a pesar de tratarse de un mes en el que hay mucha gente de vacaciones, han tenido una gran cantidad de reservas, pero todavía les falta llegar al gran público, por lo que están conscientes de que tienen que seguir trabajando duro. Pero considera que sus inicios también están siendo muy importantes, ya que muchas personas se están pasando por el local y les están ofreciendo feedback muy bueno.
“La idea es clara: es un restaurante exclusivo de menú degustación, no a la carta. Al principio puede chirriar, pero una vez la gente viene hay una buena recepción. Tenemos los tres formatos para poder degustarlo, ya que hay días donde tenemos un poquito menos de tiempo, entonces es un menú corto. Luego, si hay más tiempo y se viene a disfrutarlo están los otros, el intermedio y el largo”. Así nos explica Chechu Rey el concepto de Gunnen y sus tres diferentes menús de degustación.
El primer menú se llama Urban, el más corto de los tres, pues tal y como nos menciona antes Chechu Rey, está diseñado para esos días en los que uno no tiene tanto tiempo para saborear un menú de degustación, pero que igualmente quiere darse un capricho. El menú Urban está compuesto de 2 snacks y 1 entrante, principal y postre. Todo esto por el precio de 49 euros.
A continuación, tenemos el menú intermedio, llamado Calma. Está hecho para traer a los comensales una experiencia más completa de la degustación de sus productos, pero sin llegar a ser excesivo. Está compuesto por 4 snacks y 2 entrantes, principales y postres. En este caso, su precio es de 64 euros.
Por último, el menú más extenso de todos recibe el nombre de Ego, ya que “quiere ser el centro de atención”. Es una extensa degustación de los productos de Gunnen, diseñada para que quede en las mentes de los clientes durante un largo tiempo. Está compuesto de 4 snacks y entrantes, a los que se les suman 2 principales y postres. En total, su precio es de 78 euros.
En Gunnen también tienen una exquisita selección de vinos (no incluidos en los menús) por si alguien quiere sumar el maridaje a su degustación. El 70% de los vinos que ofrecen son de origen gallego, muy personales y quizás no tan conocidos por el público general.
“Somos conscientes de que una visita a Gunnen es meditada y pensada porque es un menú muy personal. Cuando viene la gente nuestro foco está en que salgan bien atendidos, que se sintieran como en casa y que les guste”, afirma Chechu Rey.
Cuentan con un espacio pequeño donde reciben a los comensales. Allí les hablan y explican su mundo líquido de vinos si quieren añadir esa opción a su menú. También ofrecen algún aperitivo por si desean degustar algo antes de sentarse a la mesa. En el comedor principal se empieza a servir el vino y el pan, de primera calidad, masa madre y proveniente de la Panadería Santa Cruz. Los comensales tienen la oportunidad de elegir entre dos variedades, ambas gallegas y artesanales.
Acto seguido entran los snacks, los cuales se explican y aconsejan cómo y con qué comerlos. Al terminar esta parte vienen los entrantes, platos principales y terminan con los postres. Hay que tener en cuenta que Gunnen va variando los productos cada temporada, incluso entre semanas. Esto se debe principalmente a las opciones que les ofrecen cada proveedor.
Por último, está también la elaboración de café de sifón delante del cliente, producto de especialidad al que se le acompaña de petit fours y, en el caso de que los comensales lo deseen, también cuentan con la opción de probar algún licor o combinado.
En Gunnen, tienen muy claro que este es el modelo que desean y el que van a mantener a lo largo del tiempo. Una ampliación de mesas implica que obligatoriamente tendrán que dar una atención menos personal, lo cual significaría que se están alejando del concepto original. Lo que desean es que el cliente acuda al local y se sienta como en su casa gracias al servicio exclusivo que se le ofrece. Además, los platos de Gunnen están muy meditados y gozan de técnicas muy concretas. Cada plato que se sirve allí lleva un gran trabajo y esfuerzo. De ahí que no quieran masificar esta propuesta, sino que Gunnen se mantenga en su esencia de principio a fin.
“Queremos que Gunnen sea sostenible en todos los aspectos: financieramente y a través del apoyo al proveedor local, los buenos productos y de temporada. Sin olvidar, por supuesto, el guiño hacia un servicio atento, agradable y cercano. Finalizándolo luego con mucha profesionalidad, porque si no es imposible llegar a estos estándares”, finaliza Chechu Rey.