Hay lugares que no solo se visitan, sino que se sienten. Desde que abrió sus puertas en el verano de 2021, Charlatán se ha convertido en uno de esos rincones que conquistan con el primer bocado. Bajo la dirección del chef Álvaro Victoriano y su socio Rubén García, este restaurante ha sabido traducir la esencia de Galicia y el alma de la ciudad herculina en una propuesta gastronómica cambiante y profundamente honesta.
En Charlatán hay cocina de verdad. Aquí, el producto se trata con mimo, con respeto casi devocional. Porque sin un producto excelente y sin personas que lo entiendan y lo trabajen con cariño, no hay magia posible en un plato. Y eso lo saben bien ellos.
Su carta, pensada para disfrutar sin prisa o picotear sin culpa, evoluciona con las estaciones pero mantiene el corazón intacto. Hoy, 6 de junio, se renueva con fuerza, apostando aún más por el arte de la brasa y guiños internacionales que no se olvidan de sus raíces.
Entre las joyas del mar, encontramos mejillones de Lorbé en escabeche de hinojo, pulpo a la brasa con mantequilla de kimchi y un tartar de atún rojo Balfegó con tuétano y miso que roza lo celestial. Si lo tuyo es el pescado fresco, no puedes perderte su lubina a la talla con dos mojos, un plato que viaja desde Galicia a México con escala en tu paladar.
La carne, por supuesto, se luce. Hamburguesa de vaca gallega con foie, osobuco lechal glaseado, mollejas a la brasa, y cortes selectos como croca y picaña de vaca rubia gallega Gutrei, pluma ibérica de Casa Alba o el costillar ibérico deshuesado de Remedios Sánchez. Y como guinda: su T-bone de vaca rubia gallega con salsa swiss butter, un espectáculo con denominación de origen y alma de brasa.
Nada de esto sería lo mismo sin los acompañamientos perfectos: patatas de Coristanco, boniato con chimichurri, puerros a la brasa con bechamel de parmesano… pequeños grandes gestos que redondean cada plato.
Los arroces continúan presentes, fieles a su esencia, con dos propuestas pensadas para enamorar: arroz al horno de pescado del día con alioli de ajo asado, y arroz al horno con costilla de vaca rubia gallega. Platos sabrosos, reconfortantes, con ese punto justo de tradición y sorpresa que define a Charlatán.
Y para acompañar esta cocina tan viva, su bodega no se queda atrás. Con más de 200 referencias, el restaurante ofrece una selección amplia y cuidada que abarca desde espumosos hasta una gran colección de vinos gallegos e internacionales, tanto tintos como blancos, pensados para maridar con cada plato como si fueran cómplices en la mesa.
Además, los vinos dulces del mundo también tienen su espacio: desde el Cuvee 79-2021 de Burdeos, el Viñaredo Tostado de Valdeorras, o el Victoria Nº2 de Málaga, hasta el elegante Tokaji Oremus Late Harvest, el clásico Don P.X de Montilla-Moriles 2020, un Porto Reserve Tawny, y el delicado Boal Reserva de Madeira (5 años). Una carta líquida tan sugerente como la sólida.