El investigador principal señala a Sandamil como autora del crimen de su hija

El investigador principal señala a Sandamil como autora del crimen de su hija
Ana Sandamil comparece ante la Audiencia Provincial de Lugo / Eliseo Trigo (EP)

El sargento de la Policía Local de la Guardia Civil que se hizo cargo de las diligencias policiales en relación con el supuesto asesinato de Desirée Leal afirmó este miércoles en el juicio, que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Lugo, que su muerte fue el resultado “de unos hechos violentos” y que la autora fue “sin duda” su propia madre, Ana Sandamil.

 

Durante su declaración en el juicio, aseguró que, de acuerdo con “su impresión policial”, en la casa de Muimenta “no hubo una ingesta medicamentosa accidental”, sino que la “sangre dispersa por la habitación” es un claro indicio de que “hubo unos hechos violentos”.

 

Otro indicio, precisó, fueron “las manchas de agua que se observaron en la pared”, unas “manchas en sentido ascendente, por la trayectoria”.

 

Desde su punto de vista, relató, “todo compatible con un pequeño forcejeo, precisamente con el líquido, con la mezcla de Trazodona, que se le pudo haber dado a Desirée para que la ingiriese”.

 

“Quizás Desirée intentó defenderse”, añadió, lo que podría explicar la sangre que tenía en el brazo y en las uñas.

 

Desde su punto de vista, “hubo unos hechos violentos” y “el autor, sin duda, fue Ana Sandamil”.

 

Este agente dijo que la madre de la niña mantuvo una “actitud defensiva” e incluso se negó a que se llevasen su teléfono móvil. “Miró al padre”, precisó, y este dijo que “tendrían que preguntarle a un abogado”, aunque finalmente la Guardia Civil intervino los terminales “cautelarmente” y los puso a disposición de la Justicia.

 

La actitud de Ana Sandamil le resultó sospechosa, porque “cuando ocurre un hecho grave, si no estás implicado, lo que quieres es colaborar para que se esclarezcan los hechos. Mantuvo una actitud un poco extraña, una actitud defensiva”.

 

También contó que encontró el pijama que supuestamente llevaba puesto Ana Sandamil la noche en la que se produjeron los hechos debajo de su cama. Estaba hecho “una bola” y metido muy hacia “al fondo”, por lo que, a su juicio, lo habían “escondido”. También confirmó que presentaba “manchas de sangre”.

 

"Demasiado tranquila"

Por su parte, los dos primeros guardias civiles que llegaron a la vivienda de Muimenta, ambos del puesto del Castro de Rei, afirmaron que la madre estaba “demasiado tranquila”, dadas las circunstancias, y la abuela “muy alterada”.

 

Uno de los guardias confirmó que, cuando llegaron, los sanitarios todavía estaban intentando reanimar a la niña. Se encontraron “a la abuela muy alterada, tirada en el suelo y llorando”, por lo que les resultó “un poco raro” ver “lo tranquila estaba la madre” de Desirée Leal.

 

“No me parecía un estado acorde con esa situación. Estaba demasiado tranquila. No mostraba ninguna alteración”, dijo el agente.

 

También les resultó extraño, precisó, el hecho de que la abuela, cuando la levantaron y trataron de auxiliarla, no quisiese ir a la misma “habitación” en la que estaba su hija.

 

Su compañero, que llegó a hablar con Ana Sandamil, dijo que la madre de Desirée le contó que ambas estaban “durmiendo juntas” y que la “niña se levantó a beber y no volvió”. Que luego, aclaró, “se la encontró en el suelo, entre el pasillo y la habitación”.

 

Este guardia también se sorprendió por el hecho de que la madre estaba “muy tranquila, sentada y calmada”, mientras que la abuela era “todo lo contrario. Estaba muy alterada”.

 

Al ser preguntado por la conversación que mantuvo con Sandamil, el agente dijo que no apreció “ninguna incoherencia” en su forma de expresarse.

 

Más declaraciones

En esta tercera jornada de juicio, también ha prestado declaración la directora del colegio en el que cursaba sus estudios la niña. Dijo que Ana Sandamil mantenía una actitud “correcta” como madre de una alumna.

 

Definió a Desirée —de quien fue tutora en su etapa de Infantil— como “una niña alegre”, que “siempre estaba contenta”, que “era divertida” y que “tenía muchas amigas”. A preguntas de las partes, también dijo que no percibió en las semanas previas a su fallecimiento “ningún cambio” en su actitud. “La vi como siempre”, aseguró.

 

Sí relató que, más o menos una semana antes del día de autos, la niña no fue a una excursión escolar programada. “Ya estaban todos en el autobús”, explicó la directora, cuando los niños la avisaron de que faltaba Desirée.

 

Entonces, llamó a la madre, quien le dijo que “no iba porque le dolía la barriga”. De hecho, dijo que escuchó a Ana Sandamil hablar con la niña y, después, le confirmó que efectivamente no iba a ir.

 

También prestó testimonio un curandero que atendió a Ana Sandamil. Dijo que estaba “con ansiedad” y que “dormía mal”. Sin embargo, también contó que la noticia de la muerte de la niña le “sorprendió”, porque la veía como “una madre que miraba por su hija”.

 

“Yo la veía muy atenta y cariñosa, pendiente de su hija en todo momento”, declaró. 

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