La logística es un proceso muy complejo en el que intervienen muchas personas y empresas, por lo que las posibilidades de que algo salga mal son elevadas, aunque por suerte hay soluciones técnicas como las que vemos en Logiscenter que lo hacen todo más fácil.
Dentro de estos procedimientos, uno de los que más importancia ha tomado en los últimos años es el que los especialistas llaman “logística de última milla”, y que no es más que el mensajero que nos trae un paquete o el buzón al que vamos a recogerlo.
Con el comercio online, esta logística de última milla es la más relevante de todas, la que marcará la experiencia final del cliente en la compra, con independencia del trato recibido con anterioridad.
Esto significa que podemos tener una web con una usabilidad muy buena, un carro de pedido rápido y que apenas pide datos y una atención al cliente excelente durante la compra, resolviendo todas las dudas, pero esto no sirve de nada si falla la entrega.
Un comercio online se puede ir al traste si la logística de última milla comete errores
Un comercio online se puede ir al traste si la logística de última milla comete errores, pues nada enfada más a un cliente que no recibir su compra en el día pactado, más ahora con las redes sociales en las que un simple tweet con una queja se puede viralizar.
Esta logística es la más problemática para las tiendas online, pues si lo pensamos con detenimiento confían parte de la experiencia del cliente a empresas sobre las que no tienen ningún tipo de control.
Por eso se ha diversificado con la idea de que al cliente le sea más cómodo poder tener sus pedidos a tiempo, a veces incluso sin depender de los mensajeros.
Una de las formas que se ha encontrado para solucionar una parte de los problemas de la logística de última milla es la instalación de buzones inteligentes en zonas con un alto trasiego de gente.
Cuando el paquete llega al destino, el cliente recibe un mensaje con un código que mete en la pantalla del buzón y hace que se abra la puerta correspondiente, por lo que no hay que cuadrar horarios con los repartidores.
Otra solución son los puntos de entrega, los cuales suelen estar diseminados por toda la ciudad. Gasolineras, estancos, papelerías y tiendas de todo tipo han encontrado una manera de generar unos pequeños ingresos convirtiéndose en puntos de recepción de paquetes.
Tienen horarios muy amplios y los clientes de las tiendas online pueden ir dentro de ese horario a recogerlos, además de aprovechar el paseo para hacer algunas compras en esos comercios.
Las empresas de logística son las últimas interesadas en la mala publicidad y en que sus empleados tengan que volver a un domicilio a llevar un paquete, por lo que ahora hay entregas pactadas.