Arias niega que A Coruña traicionase a la patronal al presentar su candidatura

Arias niega que A Coruña traicionase a la patronal al presentar su candidatura
El constructor coruñés y candidato a la CEG Antón Arias ep

El constructor coruñés Antón Arias, único aspirante en las elecciones de mañana a la presidencia de la Confederación de Empresarios de Galicia(CEG), negó que se haya producido “traición” alguna por parte de los empresarios coruñeses al decidir estos, en el último momento, presentar candidatura sin haber logrado el consenso que se había fijado como meta el comité ejecutivo de la patronal gallega.
Arias admitió que pudo “haber algún malentendido” o “confusión” por cómo se produjeron los acontecimientos, ya que, a última hora, y dado que no aparecía una figura consensuada, algunas de las provincias abogaron por prorrogar el mandato de la comisión gestora de la CEG. “Conculcaba los estatutos y no ayudaba a la unidad”, dijo.
Una unidad que persigue la CEG desde hace ya años, aquejada de graves dificultades económicas y tras el mandato convulso de José Manuel Fernández Alvariño. El vigués, históricamente enfrentado a Antonio Fontenla –su antecesor en el cargo–, se vio abocado a dejar el liderazgo de la organización por el bloqueo interno que protagonizaron los opositores a su gestión.
Tras él llegó, hace justamente un año, el ourensano Antonio Dieter Moure, pero la división no hizo sino incrementarse: por únicamente 10 papeletas se impuso a su contrincante, José Manuel Pérez Canal, a su vez responsable de la confederación ourensana y ahora uno de los principales críticos con la candidatura de Arias, que atribuye a una jugada de Fontenla, presidente de los empresarios coruñeses.
Arias es vicepresidente en A Coruña y de aquí a mañana se marca el objetivo de “viabilizar” la patronal gallega, “pacificar” la vida asociativa y “dinamizarla”. Para ello, entiende que “el tema económico es fácil de revertir”.
Los empresarios gallegos están pendientes de formalizar una nueva hipoteca en el edificio de su sede en Santiago, por un valor próximo a 1,2 millones de euros –por debajo del valor de mercado–, que les permita hacer frente a la falta de liquidez y también contar con “un colchón que te permita trabajar sin agobios”.
En lo referente a la “pacificación”, reconoce que la tarea es más complicada, y apuesta por “mucho diálogo, muchísima transparencia y hacer a todo el mundo partícipe de las decisiones”. En contra de una “estructura burocrática”, Antón Arias quiere que la CEG sea “reflejo” de la realidad cambiante que afronta el empresariado, para posicionarse ante problemáticas específicas que le afectan y también ante otras que influyen en la sociedad. Para que todo esto “tenga un respaldo normativo”, el coruñés se propone, en caso de salir elegido, llevar a cabo una modificación de estatutos que evite eventuales panoramas de bloqueo, que él mismo puede llegar a sufrir en caso de imponerse por una exigua mayoría.
En su opinión, es preciso cambiar la composición del comité ejecutivo, para “dar más cabida” a las organizaciones sectoriales y para que “alguna provincial que siente que tiene un peso menor que el que le corresponde” se considere mejor tratada.
Así las cosas, llamó a “no repetir comportamientos” y “aprender” del pasado.
“La organización no puede permitirse el lujo de perder más tiempo y sobre todo perderlo en enfrentamientos”, sentenció.

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