La banca sigue adelante con sus propios planes pese a los constantes rumores de fusión

La banca sigue adelante con sus propios planes pese a los constantes rumores de fusión
GRAF2854. VALENCIA, 02/02/2018.- El grupo Caixabank ha cerrado 2017 con el mejor resultado anual de su historia, al obtener un beneficio neto de 1.684 millones de euros, casi un 61 % más que en 2016, tras la integración del banco portugu&eac

Los principales bancos españoles –el Santander, el BBVA, CaixaBank, Bankia y el Sabadell– siguen adelante con sus propios planes y no piensan especialmente en fusiones, a pesar de los continuos rumores y las advertencias del Banco de España de que todavía queda margen para que se produzca una mayor consolidación.
El Santander, tras la compra del Banco Popular, ha puesto el foco en mantener el liderazgo de esta última entidad en el negocio de las pymes en España y en aprovechar las posibilidad que da aumentar la base de clientes con la fusión de ambas entidades.
La presidenta del grupo, Ana Botín, ha arengado a sus empleados para que la entidad no pierda ni un solo cliente y el banco ha lanzado ya la primera oferta conjunta, con la que aspira a captar en un año al menos 100.000 clientes autónomos o microempresas. Aunque jamás descarta estudiar una operación que pueda generar valor para los accionistas, en los planes del Santander en España no parece encajar fácilmente una fusión con más entidades.

Estrategia digital
En el caso del BBVA, el grupo presidido por Francisco González continúa inmerso en su afán por convertirse en el banco más puntero en el mundo tecnológico y admite un interés por entidades digitales, pero ha dejado claro que no comprará más bancos tradicionales. En la última semana, como prueba de la estrategia digital de la entidad, el BBVA anunció una inversión de unos 96 millones de euros en el banco británico exclusivamente digital Atom, con la que eleva su participación al 39%, y también en la startup alemana solarisBank.
CaixaBank, que ha jugado un papel clave en la consolidación del sector en España en los últimos años tras la compra, entre otros, de Banca Cívica y el Banco de Valencia, asimila ahora la adquisición del portugués BPI, que le ha servido para constatar las dificultades que surgen con la compra de entidades en el exterior. De ahí que el presidente de la entidad, Jordi Gual, dijera hace unos meses que las grandes fusiones transfronterizas, por las que han mostrado gran interés las autoridades europeas, se enfrentan a enormes dificultades.
Sin embargo, a ojos de muchos analistas, el banco de origen catalán podría ser la solución para algunas entidades medianas como Ibercaja, Unicaja o Liberbank, si los bajos de tipos de interés que penalizan especialmente sus ingresos no suben en el corto plazo o si no acaba habiendo fusiones entre ellas.
En cuanto a Bankia, la estrategia de la entidad sigue siendo la de aprovechar las sinergias de su fusión con BMN y su exceso de capital para repartir entre sus accionistas más de 2.500 millones y no para llevar a cabo más operaciones corporativas. El presidente del banco, José Ignacio Goirigolzarri, no piensa por el momento en fusiones, aunque recientemente consideró que, de forma teórica, y dados sus ratios de solvencia, rentabilidad y solvencia, la entidad podría encajar con cualquiera de los otros grandes competidores.
Y el Sabadell, que en los últimos años ha dado un salto exponencial de tamaño vía compras, está ahora plenamente centrado en la integración de su filial en el Reino Unido, TSB, por lo que aparentemente las operaciones corporativas quedarían en un segundo plano.

La banca sigue adelante con sus propios planes pese a los constantes rumores de fusión

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