9º-16º
martes | 23 abril | 2024
La derrota ante el Real Madrid Castilla fue un duro golpe para el Deportivo. Reaparecen los miedos en el deportivismo ahora que se acercan Samaín o Halloween. ¿Truco o trato? Ganar el sábado al San Sebastián de los Reyes en el Estadio Abanca-Riazor es imprescindible. Varios son los argumentos de peso para un triunfo ineludible.
Si el fútbol es un estado de ánimo, el del Deportivo atraviesa el de las dudas, los miedos y la tristeza. Había levantado la cabeza con el triunfo ante el Linares en Riazor (2-1) y el equipo necesitaba confirmar sensaciones, dar continuidad a los tres puntos con que había comenzado la etapa de Óscar Cano en el banquillo, pero no llegó esa segunda victoria, así que de nuevo vuelven las sombras a atenazar a un Depor que está lejos, por puntos y juego, del equipo que se esperaba y de la posición en la que debería estar en el Grupo I de Primera Federación.
Un nuevo traspié no haría más que confirmar los pensamientos negativos por más que el nuevo técnico haya llegado con la mente limpia, positiva y elogios hacia la plantilla.
¿Por qué pensar en la posibilidad de acabar la jornada a cinco puntos del playoff de ascenso? Cuando llegó al Deportivo el nuevo técnico, Óscar Cano, el Linares tenía la oportunidad de ponerse a diez puntos del conjunto coruñés. “En vez de diez, podemos ponernos a cuatro, ¿por qué no es esa la pregunta?”, contrarrestaba entonces el preparador granadino en un intento por contagiar optimismo. El Deportivo se puso a cuatro, como deseaba el míster blanquiazul, pero el tropiezo en Madrid le ha sacado de los puestos de playoff de ascenso.
Continuidad
El equipo fue incapaz de consolidar la victoria del debut de Óscar Cano
En esa zona marca el límite el San Sebastián de los Reyes. Una derrota, alejaría al Deportivo a cinco puntos de los madrileños, pero la victoria le pondría por delante de ellos en la clasificación que lidera el Racing de Ferrol, invicto después de nueve jornadas, con 23 puntos, tres más que el Córdoba, con el que empató el pasado finde, un traspié de ambos que no aprovecharon los blanquiazules en la ciudad Deportiva de Valdebebas.
Tras los cordobeses, el Linares, que encajó su segunda derrota seguida, la primera en su campo, donde llevaba mucho tiempo sin caer. Los de Alberto González siguen con cuatro puntos de renta sobre el Deportivo, pero con dos sobre el Alcorcón, que ha ganado tres de sus cuatro últimos partidos de la temporada, y el propio Sanse, invicto desde que el Castilla le endosó cinco goles (1-5) el pasado 17 de septiembre. En los cinco partidos posteriores, el balance ha sido de tres triunfos, entre ellos uno ante el Córdoba, y dos empates. Todo ello con un gol a favor en cada uno de esos encuentros (tres victorias por 1-0 y dos empates a un tanto).
Delanteros sin gol, una plantilla que no rinde como se esperaraba, dudas sobre la confección del equipo... Los resultados no hacen más que reforzar los puntos débiles.
En las antípodas de esas dudas se encuentra la opinión del técnico. ¿Fue un mensaje para reforzar el ánimo del plantel o lo que piensa realmente Óscar Cano? El preparador deportivista se ha cansado de repetir en sus intervenciones ante los medios de comunicación desde que cogió las riendas del equipo que “hay una gran plantilla”, que es “la envidia de la categoría”.
“Tengo muchos amigos que pertenecen a otras direcciones deportivas y entrenadores y les preguntaba entonces y ahora y te dicen que querían a los jugadores del Depor. Hizo una gran plantilla”, arguyó en una de sus intervenciones.
Palabras que, por ahora, no se confirman con hechos. La temporada es larga y Cano ha llegado a un equipo que ya estaba diseñado para otro. Lo que no cambia es el objetivo. Sigue siendo el ascenso. Y, para eso, ganar al Sanse es imprescindible.
