El Melilla, durísimo examen para aprobar en regularidad

El Melilla, durísimo examen para aprobar en regularidad

El Basquet Coruña encara un compromiso muy complicado para intentar volver a la regularidad mostrada en dos los tres últimos partidos que ha jugado, un buen camino que se torció de nuevo la pasada semana en Cáceres (80-61).
Y es que el visitante de hoy, el Melilla, cuenta con una de las plantillas top de la Liga y, aunque su rendimiento no esté siendo óptimo, los pupilos de Alejandro Alcoba están ubicados en la cuarta plaza, con seis triunfos en ocho jornadas.

Renovación de luxe
Al igual que el cuadro herculino, el norteafricano presenta muchas caras nuevas: solo Pablo Almazán y Massine Fall estaban el curso pasado. La diferencia respecto al BC es que las caras no son desconocidas, sino jugadores contrastados en LEB Oro. Cosas de andar (muy) bien de pasta.
Dani Rodríguez (10.1 puntos, 1.8 rebotes y 3.4 asistencias) maneja la batuta de una orquesta con varios solistas afinados: el escolta Diego Kapelan (10.8, 2.6 y 1.0), los pívots Fran Guerra (11.9, 7.5 y 2.4) y Mamadou Samb (8.8 y 4.4) y el propio Almazán (9.8, 5.8 y 2.5), dos que no acaban de entonarse, Miki Servera (5.0, 2.1 y 1.9) y Filip Djuran (3.9, 1.8 y 1.3), y excelentes secundarios como Edu Durán (6.3, 1.4 y 1.5) y Javi Lucas (5.6 y 4.3).
Un bloque muy compacto y poderoso que, sin embargo, no está ganando con demasiada holgura, como demuestra su escueto supéravit de cuatro puntos entre anotados y encajados. Sorprende, eso sí, que un equipo que destaca por su potencial ofensivo sea la tercera mejor defensa del campeonato, una dificultad para los hombres de Gustavo Aranzana, que con 72.3 tantos es el cuarto peor ataque.
Una de las soluciones para este problema pasa por la progresión y acoplamiento de Monaghan. En su segundo partido, la pasada semana, el base firmó 15 puntos, si bien es cierto que varios fueron en el tramo final, ya sin pescado en el mostrador, también lo es que necesitaba encontrar el aro tras el 0 de 5 en su debut.
También necesita el Coruña que Sonseca y el renqueante Olmos impongan sus centímetros y calidad en la pintura, que el ‘tímido’ Chuku se acerque más a ella y que Flis piense un poco más en el colectivo y un poco menos en lanzar cada vez que le llega el balón. Además de mover más el esférico y seleccionar mejor los tiros lejanos: convertirlos en un arma más, no en el modo de vida.
Y, por supuesto, que Jorge Sanz mantenga –ante su exequipo– su altísimo nivel, que Jonathan Gilling siga cargando el rebote ofensivo y anotando, que Torres y Hernández aporten desde el perímetro... O sea, toda la artillería. Un rival como Melilla la demanda.  l

El Melilla, durísimo examen para aprobar en regularidad

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