O Burgo está nevado. De polen, si, pero nevado. ¿Los culpables? Los chopos que hay en el municipio. Y es que el polvo blanco en suspensión vuela y se cuela por todas partes, dejando de esta manera una estampa curiosa en pleno mayo.

Estos árboles son conocidos por ser una fuente de semillas, algo que para los alérgicos supone un verdadero quebradero de cabeza (o no), debido a que no producen alergia. Los propios vecinos se quejan debido a la molestia que supone. "Va a haber que utilizar mascarillas", apuntan algunos, como si de un déjà vu de la pandemia se tratase.

La floración del chopo suele tener lugar hacia el final del invierno, especialmente en los meses de febrero y marzo, pero sea por el cambio climático o porque la floración se ha extendido este año, los vecinos seguirán batallando y rezando a partes iguales para que este episodio termine lo antes posible.